
Aun recuerdo el día en que te conocí, dejaste un camino abierto a las posibilidades que descubriría poco tiempo después. Pero hoy este vacío, está ausencia, va susurrándome al oído, reclamando el no regreso entre los dos. Me dice que no podré olvidar todo lo que hicimos y deshicimos, la música que disfrutamos y también la que odiamos, los buenos y ricos cafés, las charlas, los momentos intensos cuándo se entrelazaban nuestros corazones y palpitaban sin cesar. Tampoco el olvido borrará aquellas viejas discusiones de lo que fue, pues siempre te idealicé y fuiste lo que siempre imaginé.
Una sola mirada, diferentes visiones.
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