sábado, 31 de octubre de 2009

A Maradona le tirás un libro y te lo devuelve redondo

Las desconocidas lecturas del diez

Es posible que ayer, en su cumpleaños, Fernando Signorini le haya regalado una novela al DT de la Selección. Él es el responsable de que haya leído desde García Márquez hasta a Eduardo Galeano.

El lector. Diego Maradona admira especialmente a Eduardo Galeano (de quien leyó tres libros) y Fernando Signorini piensa reunirlos en Montevideo.

Fernando Signorini vio el libro sobre la mesa. En el otoño catalán de 1983, la casa del barrio Pedralbes sólo era silencio. Diego Maradona reposaba junto a su familia, recuperándose de una operación de tobillo. Andoni Goikoetxea, defensor del Athletic de Bilbao, lo había mandado al hospital de una patada tan brutal que hasta hoy es inolvidable. Signorini acarició la tapa, husmeó entre las hojas y olfateó ese aroma encantador que produce el entrevero entre la tinta y el papel. Ya no recuerda cuál era el título de lo que tenía entre sus manos –tal vez ni siquiera importe– pero aún conserva como un hecho extático la dedicatoria del técnico vasco Xabier Azkargorta.


–Decía algo así como que no tenía que entregarse, que había que pelear. Y yo creí que era buena idea eso de darle fuerza, regalarle un libro.

Signorini acompaña a Maradona desde aquellos días en Barcelona. Lo siguió como preparador físico por todas partes, incluso durante los mundiales. Y ahora, en la Selección argentina, con Diego como director técnico. En los más de 25 años que caminó a su lado, no sólo trabajó en su puesta a punto. También llevó a la práctica su idea, inspirada en la dedicatoria de Azkargorta, surgida del silencio de Pedralbes: regalarle libros al Diez. Lo hizo con frecuencia, buscando los títulos para cada momento, espacio y estados de ánimo.

–Me gusta regalarles libros a los amigos, porque además me encantan los buenos libros como las buenas mujeres.

Dice Signorini, nacido y crecido en Lincoln, amante y poeta, futbolero y folclorista hasta el tuétano, convertido, por propia voluntad, en el hacedor de la biblioteca de Maradona.

–Diego, probablemente, lee dos páginas y luego deja el libro hasta que, después de unos meses, lo vuelve a agarrar. Pero si así fueran dos líneas las que leyera, yo me doy por cumplido –se entusiasma Signorini.

En los 80, cuando Maradona visitó Cuba por primera vez, Fidel Castro le entregó una buena cantidad de textos sobre la isla, la Revolución y Ernesto “Che” Guevara. Lo mismo hicieron los periodistas Carlos Bonelli y Pablo Llonto, quienes fueron el nexo para aquel viaje. Llonto, que además es abogado, cuenta que cuando Maradona comenzó a idear el sindicato de los futbolistas le pidió material para estudiar. Entonces, le alcanzó algunos estatutos de asociaciones sindicales para que Diego iniciara con más armas su militancia.

–Nunca supe si realmente los leyó, pero en esa época, mediados de los 90, hablábamos bastante del tema –dice Llonto.

Signorini fue uno de los que acompañó a Maradona en su visita a Cuba. A la vuelta, le regaló biografías del Che y varios libros más, entre ellos, Un grano de maíz: conversaciones con Fidel, de Tomás Borge. Quienes conocen la amistad entre ambos cuentan que Maradona, además de quererlo, lo respeta mucho. Y lo escucha: cuando Diego desafía al Papa, abraza a Fidel, arma el sindicato, se tatúa la cara del Che y tiene arranques por izquierda, algunos no tan públicos, puede verse algo de Signorini, que lo vincula, en realidad, con el origen de clase de Maradona, la misma causa que generó la reacción a sus exabruptos montevideanos.

–Diego nació en Villa Fiorito, y él se siente parte del pueblo que sufre el hambre y la injusticia.

Una noche, hablando del Che, Signorini opinó que el rosarino se había suicidado metiéndose, él con su asma, en la selva boliviana. Maradona lo escuchaba atento, hasta que largó un comentario.

–¿Sabés? Yo me hubiera ido con él igual.

Signorini sintió que Diego sabía de qué hablaba porque había leído.

–Si él tuviera que cambiar su vida por otra, por la única que lo haría sería por la del Che –imagina el preparador físico, que en sus regalos iniciales incluyó textos de lectura más sencilla: Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, y El Principito, de Antoine de Saint-Exupery. Siguió con una novela de Gabriel García Márquez, Cien años de soledad. Y en el medio siempre hubo libros de fútbol.

Años atrás, volvían de una pretemporada con el Napoli. Maradona manejaba desde el norte de Italia hacia su casa. Claudia iba sentada a su lado. Signorini estaba acurrucado en el asiento de atrás, en silencio, casi escondido detrás de un libro. Nadie decía una palabra. Hasta que Diego, concentrado en el camino que tenía por delante, rompió el silencio.

–Che, Claudia, ¿qué hace el Ciego?

–Está leyendo.

–Ciego, ¿qué leés?

El Ciego estiró el brazo, lo pasó por arriba de los hombros del conductor y puso el libro frente a los ojos oscuros: Fútbol sin trampas, de César Luis Menotti. Maradona estaba distanciado de su ex técnico en el Barcelona y la Selección.

–Tengo que reconocer que, a pesar de todo, es el mejor.

Signorini, el Ciego, le regaló el libro.

En los últimos tiempos, como preparador físico de la Selección, el profe comenzó a acercar dos orillas. Le regaló a Diego Espejos: una historia casi universal y El libro de los abrazos. Antes, ya le había dado Fútbol a sol y sombra. Tres libros del uruguayo Eduardo Galeano. A Maradona le gustaron.

– Son textos cortos, que puede leer cada tanto, cuando tenga ganas. Y a Diego, Galeano le parece, no sé, excepcional.

Dice Signorini buscando, quizá, otra palabra que ni siquiera exista. Desde ahí, construyó un puente sobre el Río de la Plata para que Maradona y el escritor uruguayo pudieran sentarse, frente a frente, a charlar de lo que quisieran. La idea era concretar el encuentro para cuando la Selección viajara a Montevideo a jugar ante Uruguay. No pudo ser. Galeano, por esos días, estaba en España, donde, entre tantos homenajes, recibió la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y el Premio Amigo de los Niños de Save the Children.

Como una paradoja de esta historia, el mismísimo Maradona tiene en dos de esos libros –como en tantos– un capítulo para él.

“Ningún futbolista consagrado –escribe Galeano en Espejos– había denunciado sin pelos en la lengua a los amos del negocio del fútbol. Fue el deportista más famoso y más popular de todos los tiempos quien rompió lanzas en defensa de los jugadores que no eran famosos ni populares. Este ídolo generoso y solidario había sido capaz de cometer, en apenas cinco minutos, los dos goles más contradictorios de toda la historia del fútbol. Sus devotos lo veneraban por los dos: no sólo era digno de admiración el gol del artista, bordado por las diabluras de sus piernas, sino también, y quizá más, el gol del ladrón, que su mano robó”.

–La lectura también ayuda a prepararse para la derrota, que es una de las alternativas de la competencia. Porque cuando uno lee, el miedo a quedar expuesto se disipa. Yo, por ejemplo, con la poesía logro evadirme –cuenta Signorini, que espera ansioso el día en que Galeano y Maradona se crucen en un abrazo.

–Tengo la esperanza de que se va a producir. ¿Vos leíste Las venas abiertas de América Latina? ¡Qué libro maravilloso!

Quizá, en poco tiempo, también se lo regale al Diego.

Signorini, el gran divulgador

Gonzalo Higuaín caminaba por el complejo de Ezeiza con un libro en la mano, Hagan juego, de Ángel Cappa. Eran los días previos a los partidos ante Perú y Uruguay. Ángela Lerena, la cronista de Critica de la Argentina que estaba en el entrenamiento, le preguntó de dónde lo había sacado.

–El profe me lo regaló –respondió Pipita–. Con Ángel he hecho una entrevista, me parece un buen señor.

–¿Lo vas a leer?

–Sí, obvio.

Signorini también lleva la costumbre de los libros a los futbolistas de la Selección. “Es un aporte, un poco para que algunos dejen la PlayStation. Y además intento meterles una basurita en el ojo”, explica el preparador físico.

A Carlos Tevez le regaló Las fuerzas morales, obra emblemática de José Ingenieros. Días después, en Ezeiza, se alegró al verlo llevar el libro con él.

Porque no sólo de fútbol se habla en esas largas charlas de concentraciones.

Una noche, Signorini se trenzó en una discusión sobre la existencia de Dios con Gabriel Heinze y Javier Mascherano. Fueron horas en las que el profe, como lo llaman todos, les habló de su ateísmo, las injusticias de este mundo, la hipocresía de la Iglesia.

–Eso es cosa de los hombres, fueron ellos los que hicieron el daño –intentó Heinze, en defensa de Dios.

No hubo caso. Signorini insistió pero se hizo tarde. A los pocos días, Heinze y Mascherano tenían algo para leer: Por qué no soy cristiano, de Bertrand Russell, que de Jesús y el Infierno escribió: “Ninguna persona que sea profundamente humana puede creer en un castigo eterno”.

El preparador físico no detiene su labor difusora de libros: “Ahora preparé un tríptico para los muchachos –dice Signorini– les voy a dar ¿Y el fútbol dónde está? (Ángel Cappa), Fútbol sin trampa (César Luis Menotti) y Me gusta el fútbol (Johan Cruyff)”.

Toda una transmisión de ideas.

Una lectura de los clásicos látinos

Si bien Signorini no ha dicho nada al respecto y Maradona mantiene un silencio piadoso alrededor del tema, parecería ser que el Diego leyó al historiador romano Cayo Salustio Crispo. La sospecha nace de la relectura de un texto de este discípulo del griego Tucídides. Se trata de Bellum Caesarium (Las Guerras del César) donde el siempre puntilloso Cayo Salustio Crispo describe los desencuentros de Julio César con el senado romano. En uno de los momentos culminantes de esta obra histórica, Gayo Salustio muestra a un Julio César exultante tras la victoria sobre Vercingetorix en las Galias. Mirando hacia el sur, el César declama: “Los del Senado, que la sigan chupando”.

Cayo Salustio nada dice de la respuesta senatorial aunque es posible suponer que las palabras del César no cayeron muy bien. Obviamente, Maradona intentó hacer un paralelismo de carácter intertextual con el líder romano que los periodistas deportivos no supieron o no quisieron captar en su habitual desinterés por los textos clásicos del período latino.

Lo dicho: “Continuatum chupandus est”.

Lisandro Farías


Una sola mirada, diferentes visiones.

viernes, 30 de octubre de 2009

Si pudiera...


Si pudiera decir palabra

y frase y poema

si pudiera ser poeta

y cantara y en las reuniones

la gente dijeran:

“el poeta”

y la chica que sueño

con sus ojos color silencio

se desnudaran en halagos

en ropas

y me inundaran de caricias

si pudiera decir palabra…

si pudiera cantar revolución

y en las calles el pueblo alzado

escupiera palabrotas

y balas que perforaran

a los injustos, los desleales

a los que piensan dinero

y piensan dinero

y siguen pensando dinero

si pudiera cantar revolución…

si pudiera hablar sueños

y quien viniera conmigo

se llenara de esperanzas

de canciones y bondad

de ilusiones que fueran reales

reales, enteramente reales;

y la gente se intercambiara sueños

y no hubiera enviadas

porque todos soñando iguales

vivirían

y quizá alguno, soñando

diría “no más muerte”

y todo viviendo toda la vida

sin fin

si pudiera hablar sueños…

estoy aquí, como queriendo saber qué pasa

como queriendo entender el mundo

y yo tan adicto a los fracasos

no lo entiendo

si pudiera cambiar mis ojos

y el pasado que me escupió

si pudiera olvidar las lágrimas

y los sueños que se mojaron

los que se ahogaron

si pudiera recordar las palabras

que no dije

las que no escribí

las palabras que se me perdieron

las que huyeron

si pudiera sonreír…

Jorge Gómez Naredo
colaboración especial


Una sola mirada, diferentes visiones.

jueves, 29 de octubre de 2009

Eduardo Galeano: “lo mejor de la vida es la posibilidad de cambiarla”

Foto tomada de: Mistery-man
Más voces

El escritor y analista internacional uruguayo, Eduardo Galeano, pasó por el Estado español hablando de su último libro, Espejos, y también compartiendo su reflexión sobre los procesos políticos que se viven en América Latina. En la ciudad de Alicante, Pau Soler, conversó con Galeano, quien en primer lugar se refirió a la forma en la que los poderosos del mundo se llevan los recursos de los países empobrecidos. Una historia que se repite desde siempre.

Pero para Eduardo Galeano la destrucción de la naturaleza y sus consecuencias no sólo es responsabilidad del poder económico y político, sino que a la vez hay una responsabilidad achacable a una deficiencia cultural de sensibilidad por lo natural.

Frente al despojo de los recursos en América Latina, la sociedad se puede levantar. Existe una conciencia creciente y unas nuevas formas de organización ciudadana. En ese panorama es de singular importancia la mirada indígena.

Por otra parte, en la contaminación y en el envenenamiento de los ecosistemas, desde los Gobiernos se tiende a extender la responsabilidad a toda la humanidad. Eduardo Galeano estima que es importante señalar a los máximos responsables.

Escucha la entrevista a Eduardo Galeano.






Audio publicado en Más Voces : www.masvoces.org

Una sola mirada, diferentes visiones.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Minutos antes de la batalla


¿Qué pensará un boxeador antes de subir al cuadrilatero? ¿Le temblarán las piernas? ¿Tendrá miedo de subir? ¿Querrá escapar, salir corriendo del lugar? O enfrentará sus temores con sus puños y saldrá airoso de la justa deportiva.

Una sola mirada, diferentes visiones.

martes, 27 de octubre de 2009

Identidad


A veces, pareciera que en la vida hay procesos, que quisieras regresar al pasado y tener unos cuántos años menos. Años en los que no te preocupabas por las circunstancias, años en los que veías la vida de manera diferente.

Tan sólo detener el tiempo, recordar viejos amores, viejas historias, viejos recuerdos que no se han separado de ti, que forman parte de tu identidad, de la identidad que tu creaste, de la que tu formas parte, de esa identidad que aparece cuándo te miras al espejo y vas aterrizando en la idea de que ese eres tú.


Una sola mirada, diferentes visiones.

lunes, 26 de octubre de 2009

Y más golpes

Foto tomada de: Huachimingo_Anacronico

Jorge Gómez Naredo
26 de octubre de 2009

¿Qué quiere Felipe Calderón?, ¿incendiar el país?, ¿llevarlo a un despeñadero?, ¿dejarlo hecho pedacitos, caído y hundido, lisiado, destazado? ¿Qué quiere? Él argumenta que es por los pobres: que por los pobres más impuestos, que por los pobres más de 40 mil desempleados. Sí, los pobres ahora resultan ser una justificación, la justificación de un "gobierno" clasista y aristócrata que siempre ha despreciado a los humildes de este país. Pobres que el mismo Calderón ha ayudado a crear, pues en los dos primeros años de su gobierno, seis millones de mexicanos que antes no eran pobres, ahora lo son. Y todavía tiene el cinismo, de quien llegó a la Presidencia de la República gracias a un fraude electoral, de justificar sus erradas políticas con discursos sobre la erradicación de los pobres. Sí, un cinismo grande, impresionante. Que asusta. Lo mejor para el país es que se vaya Calderón. Y que se vaya rápido.

A veces uno no sabe hasta dónde llegarán las mentiras de las "autoridades" federales. Dicen que liquidaron a la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC) porque era un gasto millonario mantenerla, porque los trabajadores de esa empresa ganaban mucho y tenían demasiados beneficios. El salario promedio de quienes laboraban en LFC era de seis mil pesos. Sí, para los que "mandan" y piensan que están "salvado" al país del precipicio, que alguien gane alrededor de seis mil pesos y tenga derechos y prestaciones, es demasiado, casi un delito. Claro, eso sólo para los trabajadores. ¿Cuántos beneficios tienen los miembros de la élite política mexicana?, ¿a cuánto ascienden sus percepciones monetarias?, ¿cuántos lujos poseen? Las palabras de Calderón y demás personajes del Gobierno federal son hipócritas, por decir lo menos, y atentan contra la inteligencia. Indignan y mucho.

Felipe Calderón argumenta que la LFC era ineficaz, que representaba mucho gasto y que ese gasto debería irse a los pobres. El gris secretario de Desarrollo Social, Eduardo Cordero, pronto dijo que el dinero que se utilizaba en LFC iría al programa Oportunidades (un programa que no ha revertido la pobreza y que tiene límites en su efectividad). Surgen inmediatamente preguntas, ¿y de dónde se obtendrán los dineros para formar una "nueva" empresa que proporcione electricidad a la zona Centro del país?, ¿de dónde se les pagará a los futuros trabajadoras de esa empresa? Mentiras las del Gobierno federal. Mentiras que indignan. Mentiras que insultan a la inteligencia.

Mientras el país se cae en pedacitos y la gente se manifiesta afuera, en las calles; mientras hay desempleo tan alto como en los peores momentos de la crisis económica de 1995 y la pobreza avanza a pasos agigantados, el Gobierno de Calderón, en contubernio con el PRI (que está deseando con todas las ganas regresar a la Presidencia en 2012, vía el gobernador copetudo del Estado de México), quieren cobrar más impuestos a los contribuyentes de siempre. No intentan terminar los regímenes de prebendas y privilegios de las grandes empresas del país (que casi no pagan impuestos), ni pretenden hacer una reforma fiscal justa. No, ellos van a lo seguro: gravar el consumo (de todos), subir el impuesto a los asalariados y comenzar a cobrar más por los servicios de comunicaciones, además de inflar todavía más los precios de vinos y tabacos. Sí, estas medidas conforman la "gran solución" a la crisis económica según los del PRI y los del PAN.

La desaparición de LFC, junto con la casi aprobación de más gravámenes para los contribuyentes cautivos, son dos hechos que atentan contra la estabilidad e la nación (la estabilidad social y, por supuesto, la económica). Hay inconformidad, hay desazón en la población, hay una visión de un futuro aciago y nada alentador. Falta aún unir esas inconformidades, hacerlas visibles, falta que el pueblo se levante y diga "ya basta", exprese un rotundo "hasta aquí". Sí, eso falta, pero parece ser que no se mira muy lejano. Y menos con estos gobiernos que hacen todo para provocar un estallido social.

jgnaredo@hotmail.com

Una sola mirada, diferentes visiones.

domingo, 25 de octubre de 2009

Identidad del hincha


Ser de Atlas es vivir con pasión, aceptar al equipo tal y como es, exigir mejores cosas, repudiar a sus directivos y sobre todo cantar sin parar, entonar los cánticos del equipo, saber que eres parte de una tradición, de un mismo sentimiento compartido. Al menos eso pensaría un barrista.


Una sola mirada, diferentes visiones.

sábado, 24 de octubre de 2009

¿Cuestión de identidad?


¿Qué hacer cuando pierde tu equipo? ¿Cuándo la formula no funciona? ¿Cuándo sabes que están en la orilla del torneo, que no hay gol ni buena ofensiva? ¿Cuándo te preguntan que pasa con los aficionados el día que pierde Atlas?

Muchas preguntas, pocas respuestas aún...

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viernes, 23 de octubre de 2009

Memoria colectiva


Ahora que buscaba, rastreando pedacitos de memoria por el flickr, encontré cosas muy interesantes. Por medio de Eduardo Galeano descubrí que los Uruguayos no olvidan aún lo sucedido. Las desapariciones, las torturas, las noches en vela. Sus hijos y sus nietos, tampoco.

Descubrí también que la memoria colectiva persiste después de tantos años, que son aprendizajes y que es necesario no echar tierra y olvidar.


Una sola mirada, diferentes visiones.

Destellos de busqueda




Una sola mirada, diferentes visiones.

votamos el SI rosado, anulamos la ley de caducidad!!

Esa es la cartelera de apuntes de Renata.
Una foto de ella a sus 14 años y un pegotín de Familiares de Detenidos Desaparecidos.
Desde chiquita supo que en su país había desaparecidos, que antes de que ella naciera había categorías de personas, proscriptos, destituídos, presos políticos, exiliados.

Gente que había sido asesinada en tiroteos, en fusilamientos y en la tortura. Que había sido tirada viva desde aviones en el Río de la Plata. Niños que habían sido robados de sus familias, algunos hasta torturados frente a sus padres. Gente que había vivido 12 años en un aljibe o en un pozo, siendo trasladados sólo para las sesiones de tortura.
Personas que habían sobrevivido a violaciones, a los martirios del tacho, el gancho, la picana, el caballete y otros tormentos terribles que ya no quiero recordar, aunque a veces vuelven.

Desde chica supe estas cosas, desde chica me parten el alma, y lloro mientras escribo.
Y transcribo para compartir con quienes quieran leer un fragmento del testimonio de Mario Teti Izquierdo, ex integrante del Movimiento de Liberación Nacional - Tupamaros, en el libro de Clara Aldrighi "Memorias de insurgencia" (Ediciones de la Banda Oriental, 2009), en el cual se refiere a un hecho que vivió en La Tablada, donde es llevado para ser torturado brutalmente, como nunca antes lo había sido, en el año 1980, cuando ya hacía 8 años que estaba preso:

"Estaba de plantón y me dijo: "Sentate un poco." Me senté, esposado atrás. Me sacó las esposas: "Levantate la capucha". Debajo tenía venda. "Sacate la venda". Estaba sentado frente a la pared y así me quedé, él me sacó las esposas. Me quedé así, porque me dije "No me muevo ni loco porque acá viene la paliza". Pero no era una voz cruel, ya te digo, era un alférez. Dijo: "Mirame". Con mucho recelo lo miré, me acuerdo la cara, me acuerdo hasta ahora, le saqué la foto en ese momento, pero de agradecimiento. Me vio la cabeza: "Qué increíble lo que están haciendo contigo".
En esas condiciones, solo, estás como una hojita de papel de fumar en un bosque que arde, no valés nada. Me dijo: "Cuando voy por la calle, me bajo del ómnibus, me pongo a caminar y me cruzo con la gente, a veces pienso que alguien me mira. Pienso: esa gente que se cruza conmigo ¿sabe las cosas que estoy viendo? No te imaginás lo mal que me hace sentir eso". Le agradecí que me lo dijera. Él siguió: "Mirá que a mí no me mandaron decirte nada. Pero ¿cuándo terminará esto? ¿Tenés hijos?" Me preguntó por mis hijas, me contó que también tenía. Quiso decirme que la gente que se cruzaba con él en la calle no sabía que veía a un tipo que estaba participando en cosas monstruosas. Le parecía que se le notaba.
La verdad es que en La Tablada la tropa no nos torturaba, eran todos oficiales, como en La Paloma. Le dije "Te agradezco que me des este respiro". Y me dejó toda la noche sentado. Había otro más junto a él que también decía cosas buenas, pero no me pidió que lo mirara. Además yo obedecí, miré sólo al que me lo pedía. Pero esa mirada a los ojos fue muy fuerte porque además, pobre, quería mirar a los ojos a un torturado. Tenía un problema de conciencia."


Y nosotros, como sociedad, ahora tenemos la oportunidad de saldar este problema de conciencia. El de nosotros como pueblo que sabe de las cosas monstruosas y mira al costado. Miremos de frente a los torturados, a las víctimas, miremos a los torturadores, y elijamos la justicia.

El domingo meté la rosada, decí SÍ, anulemos la Ley de Caducidad.

JUICIO CASTIGO VERDAD MEMORIA y NUNCA MÁS

Tomado de: la renata

jueves, 22 de octubre de 2009

Preparando al campeón


Una sola mirada, diferentes visiones.

Eduardo Galeano: Palabras para las vísperas

Foto: Robi

Falta muy poquito para que el pueblo uruguayo elija nuevo gobierno. Al mismo tiempo, en las mismas urnas, se somete a plebiscito la posibilidad de liberarnos de dos palos metidos en la rueda de la democracia. Uno de esos palos es el que impide el voto por correo de los uruguayos que viven en el extranjero. La ley electoral, ciega de ceguera burocrática, confunde la identidad con el domicilio. Dime dónde vives y te diré quién eres.

Los uruguayos de la patria peregrina, en su mayoría jóvenes, no tienen derecho de voto si no pueden pagarse el pasaje. Nuestro país, país de viejos, no sólo castiga a los jóvenes negándoles trabajo y obligándolos al exilio, sino que además les niega el ejercicio del más elemental de los derechos democráticos. Nadie se va porque quiere. Los que se han ido, ¿son traidores? ¿Es traidor uno de cada cinco uruguayos? ¿Traidor o traicionado?

Ojalá los uruguayos acabemos de una vez con esta discriminación que nos mutila.

Y ojalá acabemos también con otra discriminación todavía peor, la ley de impunidad, Ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, bautizada con ese nombre rocambolesco por los especialistas en el arte de no llamar a las cosas por su nombre.

La Corte Suprema de Justicia acaba de dictaminar que esa ley viola la Constitución. Desde mucho tiempo antes se sabía que también viola nuestra dignidad nacional y nuestra vocación democrática. Es una triste herencia de la dictadura militar, que nos ha condenado al pago de sus deudas y al olvido de sus crímenes.

Sin embargo, hace 20 años, esta ley infame fue confirmada por un plebiscito popular. Algunos de los impulsores de aquel plebiscito estamos reincidiendo ahora, y a mucha honra: perdimos, por muy poco pero perdimos, y no nos arrepentimos. Creemos que aquella derrota nuestra fue en gran medida dictada por el miedo, un bombardeo publicitario que identificaba a la justicia con la venganza y anunciaba el apocalipsis, larga sombra de la dictadura que no quería irse; y creemos que nuestro país ha demostrado, en estos primeros años de gobierno del Frente Amplio, que ya no es aquel país que el miedo paralizaba.

Eso creemos, digo, y ojalá no me equivoque.

Ojalá triunfe el sentido común. El sentido común nos dice que la impunidad estimula al delincuente. El golpe de Estado en Honduras no ha hecho más que confirmarlo. ¿Quién puede sorprenderse de que los militares hondureños hayan hecho lo que han venido haciendo desde hace muchos años, con el entrenamiento del Pentágono y el visto bueno de la Casa Blanca?

La lucha contra la impunidad, impunidad de los poderes y los poderitos, se está desarrollando en los cuatro puntos cardinales del mundo. Ojalá nosotros podamos contribuir a desenmascarar a los defensores de la impunidad, que hipócritamente ponen el grito en el cielo ante la inseguridad pública, aunque bien saben que los ladrones de gallinas y los navajeros de barrio son buenos alumnos de los banqueros y los generales recompensados por sus hazañas criminales.

Ojalá el próximo domingo confirme nuestra fe en una democracia sin coronitas, ni las coronitas del uniforme militar, ni las coronitas del dinero.

Ojalá podamos envolver esta ley en papel celofán, en un paquete bien atado, con moña y todo, para enviársela de regalo a Silvio Berlusconi. Este gran mago de la impunidad universal, que ha atravesado más de 60 procesos y no conoce la cárcel ni siquiera de visita, nos agradecerá el obsequio y seguramente sabrá encontrarle alguna utilidad.

Ojalá.
Lo único seguro es que pase lo que pase, la historia continuará, y continuará el incesante combate entre la libertad y el miedo.

Yo suelo invocar una palabra, una palabra mágica, una palabra abrepuertas, que es, quizá, la más universal de todas. Es la palabra abracadabra, que en hebreo antiguo significa: Envía tu fuego hasta el final. A modo de homenaje a todos los fuegos caminantes, que van abriendo puertas por los caminos del mundo, la repito ahora:

Caminantes de la justicia,

portadores del fuego sagrado,

¡abracadabra, compañeros!


(Versión del discurso pronunciado en el Obelisco de Montevideo, en el cierre de la campaña contra la ley de impunidad, la noche del 20 de octubre).

Escrito por: Eduardo Galeano

Una sola mirada, diferentes visiones.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Miles de uruguayos marchan contra la ley que amnistó a militares de la dictadura

Miles de uruguayos marchan contra la ley que amnistó a militares de la dictadura  (Imagen: Iván Franco / EFE)
  • La manifestación, celebrada en Montevideo, estuvo encabezada por familiares de los desaparecidos entre 1973 y 1985.
  • El domingo se celebra un referéndum sobre la continuidad de la norma.
EFE. 21.10.2009 - 05.34 h

Decenas de miles de uruguayos recorrieron este martes el centro de Montevideo en el cierre de campaña para pedir la anulación de la ley que evitó los juicios contra el aparato represor de la dictadura que gobernó el país entre 1973 y 1985.

Los manifestantes inundaron la capital uruguaya de color rosa, el mismo que tendrá la papeleta por el "Sí" a la anulación de la Ley de Caducidad en el referéndum previsto para el próximo 25 de octubre, en coincidencia con las elecciones generales.

El referéndum coincidirá con las elecciones generalesLa marcha estuvo encabezada por familiares de los desaparecidos en Uruguay entre 1973 y 1985, que portaban los retratos de sus allegados, víctimas de la represión de la dictadura.

Al grito de "la impunidad del Uruguay se va a acabar", los manifestantes, jóvenes en su mayoría, hicieron oír su voz "a favor de la justicia" y para declarar que "hoy sea el último día en el que tienen que pedir justicia para todos".

En la manifestación participó el intelectual argentino ganador en 1980 del Premio Nobel de la Paz, Alfredo Pérez Esquivel, que se fundió en un abrazo con el escritor uruguayo Eduardo Galeano, uno de los principales activistas durante toda la campaña por el "Sí".

Inconstitucional

La Suprema Corte de Justicia de Uruguay declaró este lunes inconstitucional esta ley, que fue aprobada en 1986 por el Parlamento y refrendada en un plebiscito en 1989, y que impidió el enjuiciamiento de los militares y policías responsables de violar los derechos humanos durante la dictadura.


Una sola mirada, diferentes visiones.

martes, 20 de octubre de 2009

Atuendo Futbolero


Hector Huerta

“Conservemos nuestras tradiciones para no perder nuestra identidad” Anónimo
Lo peor del Atlas no es que pierda ayer ante el Querétaro, mostrando todas sus incapacidades, porque también cayó en este torneo ante Monterrey, Morelia, Cruz Azul, América y Toluca. Ha sufrido seis derrotas en 13 partidos. Casi la mitad de sus juegos los pierde.

Lo peor del Atlas actual no es su entrenador Ricardo La Volpe, quien ha tomado al equipo como una bolsa de trabajo familiar, pues logró colocar a sus dos yernos con buenos sueldos en sus papeles de entrenadores asistentes (Flavio Davino y Rafael “Chiquis” García).
Lo peor del Atlas no es que, estando en el grupo más fácil del torneo, se va a quedar fuera de la Liguilla y le van a ganar la carrera San Luis o Chivas.

Lo peor del Atlas no es el presidente Carlos Martín del Campo, sinónimo de indiferencia, apatía, desconocimiento de futbol y falto de proyecto de largo plazo. Es posible que al final de su gestión consigue el anhelado título del peor presidente de la historia del Atlas, y mire que le ganaría la carrera a Ernesto Fregoso, que ya es mucho decir.

Lo peor del Atlas no es que lo quieran vender, prestar, alquilar o manosear y que caiga en manos de banqueros, tequileros, artistas o futbolistas.

Lo peor del Atlas no es que tenga problemas de descenso, porque ya en el pasado que sufrieron tres caídas a la categoría inferior.
Lo peor no es que el Atlas cada seis meses venda a sus mejores jugadores para seguir sobreviviendo a las incompetencias directivas.
No, no. Eso lo ha soportado el Atlas durante 92 años y todavía no logran matarlo.

No, lo peor de todo es el atropello, la infamia, la destrucción silenciosa que están haciendo con el uniforme tradicional. Y ahí, ni directivos, entrenadores, jugadores y tampoco la afición han hecho alguna manifestación pública de rechazo.

¿Dónde está aquel uniforme rojo y negro, con el orgulloso escudo al centro, con dos franjas gruesas verticales, una roja y una negra, o el uniforme dos, que era un blanco también muy bonito, que conservaba fracciones de rojo y de negro, además del escudo, para preservar la tradición?

El uniforme que hoy usa no es del Atlas. Las rayas horizontales, no dos, sino cuatro o las que quepan, se parecen más al Flamengo de Brasil que al Atlas.

Señores, más respeto al uniforme tradicional. Cuando menos de local impongan ese uniforme que ha sido su seña de identidad casi un siglo. No atropellen en aras de la modernidad de diseño o del marketing, algo sagrado como es el uniforme. Señores del Atlas, no se parezcan a Jorge Vergara, que borró del escudo y mancilló el escudo de armas de la ciudad de Guadalajara y del Estado de Jalisco. Respeten señores del Atlas. Díganle que no al hacedor de uniformes, a la marca que los patrocina. Cuando presenten bocetos digan: este no respeta la tradición del Atlas, por lo tanto, no se aprueba.

Algunas tumbas de rojinegros fieles lloran, no por el funcionamiento del equipo, sino por la humillación que sufre la historia.

En el Atlas de hoy hay muchos desmemoriados: les recuerdo que el Atlas nació en la ciudad de Guadalajara el 15 de agosto de 1916 por jóvenes tapatíos de la alta sociedad que fueron a estudiar a Europa y crearon un equipo, luego de ver que en Inglaterra, la tierra donde nació el soccer, ya había una gran efervescencia por este deporte.

Estos jóvenes se basaron en el titán de la mitología, Atlas, quien según el fundador rojinegro “Lico” Cortina, “sostenía él solito al mundo”. En ese tiempo, los rojinegros que fundaron esta pasión se sentían en verdad “el sostén del mundo”.

Los colores rojo y negro fueron tomados del Mártir de San Lorenzo, patrono del colegio de los ingleses. El negro era por el Mártir y el rojo era la sangre derramada por él.

Así se diseñaron la camiseta y el escudo. La famosa “A” fue incorporada al centro del uniforme por Carlos Sthal, pintor y gran dibujante de aquel principio del siglo XX.

Desde un principio se estableció que el uniforme sería una combinación de rojo y negro, con gruesas franjas verticales de un color y el otro, con las mangas alternadas, es decir, si el pecho era negro la manga era roja. Y en la espalda solían hacerse combinaciones semejantes, pero respetando la condición vertical de las franjas gruesas. Esa es la tradición. Es el origen.

No ofendan a la historia, señores del Atlas. Las derrotas a las que estamos acostumbrados los rojinegros pasan, incluso ante el Querétaro. Pero ganemos o perdamos con garbo y respetando las tradiciones. Es un atropello a la historia cambiar las gruesas franjas verticales (sólo dos) por un montón de franjas delgadas horizontales.

Que Chivas con Vergara rasgue las rayas rojiblancas, utilice colores verde limón, rosita, gris o hasta naranja, es problema de las Chivas. El Atlas tiene otros orgullos, muy propios.

El Atlas es el Atlas. Y el Flamengo es el Flamengo. Más respeto, por favor. Sólo eso.

Una sola mirada, diferentes visiones.

Un Recuerdo que Dejo


¿Con qué he de irme?
¿Nada dejaré en pos de mi sobre la tierra?
¿Cómo ha de actuar mi corazón?
¿Acaso en vano venimos a vivir,
a brotar sobre la tierra?
Dejemos al menos flores
Dejemos al menos cantos


Nezahualcóyolt


Una sola mirada, diferentes visiones.

lunes, 19 de octubre de 2009

Sin titulo


Yo te miro

miro tus ojos / tus palabras

miro tu mirada / tu respiración;

miro que de vez en cuando

al final de la semana

me miras

miro que abres canciones

y letras y sueños y cadencias

e ilusiones y caminos y brechas;

miro que abrazamos una causa

y nos conocemos en silencio

yo te miro

y no quiero dejar / de mirarte

quisiera / ¡hoy deseo!

que tú miraras

mi mirada

y que las manos tuyas

y las mismas

se comenzaran a mirar

Jorge Gómez Naredo


Una sola mirada, diferentes visiones.

Sueños efímeros.


Viniste a visitarme

en sueños

pero el vacío
que dejaste cuando
te fuiste

fue realidad

Ernesto Cardenal

Una sola mirada, diferentes visiones.

domingo, 18 de octubre de 2009

Algo contigo


¿Hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo?
¿es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?
ya no puedo acercarme a tu boca
sin deseártela de una manera loca
necesito controlar tu vida
saber quien te besa y quien te abriga
hace falta que te diga
que me muero por tener algo contigo
es que no te has dado cuenta
de lo mucho que me cuesta ser tu amigo
ya me quedan muy pocos caminos
aunque pueda parecerte un desatino
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo
ya no puedo continuar espiando
día y noche tu llegar adivinando
ya no se con que inocente excusa
pasar por tu casa...
ya me quedan muy pocos caminos
aunque pueda parecerte un desatino
no quisiera yo morirme sin tener
algo contigo,
sin tener, algo contigo,
sin tener, algo... contigo

Autor: Chico Navarro
Artista: Andrés Calamaro

Canción:


Andr�s Calamaro - Algo Contigo








Una sola mirada, diferentes visiones.

Luz y fuerza… y esperanza

Foto tomada de: Ciudad de las sombras


JORGE GÓMEZ NAREDO

La Jornada

La conquista y el retorno

Tomaron las instalaciones de la compañía de Luz y Fuerza del Centro (LFC). Fueron miles de policías, de esos que llevan toletes y escudos, de esos que amenazan y que se juntan para que nadie pase. Sacaron a los trabajadores. Fue un día de futbol: la selección mexicana había conseguido el pase al Mundial del próximo año: júbilo y festejo. Cuando los trabajadores eran sacados como delincuentes de las instalaciones donde laboraban, pocos sabían qué ocurría. Quizá era una embestida directa contra el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), o una forma de impedir una posible huelga. Era algo más: en unos cuantos minutos, el “gobierno” (es un decir) panista decidió liquidar a una empresa estatal. Lo hizo rápido, sin avisar a los trabajadores ni plantear alternativas viables. Fue la conquista de las instalaciones de LFC. Los del PRI de antes, los que amenazaban, intimidaban y mataban, aplaudirían si vieran las acciones de Felipe Calderón. Se sentirían orgullos de él.

Los argumentos y los medios

Al día siguiente, la noticia no fue otra: el “gobierno” (es un decir) había tomado las instalaciones de LFC y decretaba su inexistencia. Los argumentos eran simples: empresa ineficaz e incompetente y obreros sindicalizados llenos de lujos, de prebendas y canonjías. La mayoría de los medios de comunicación, con sus presentadores de noticias y sus “analistas” políticos y sociales, comenzaron a decir que qué bueno, que ya hacía falta, que era una medida de Calderón ejemplar, valiente; que los mexicanos todos estaríamos mejor, muy felices.

Las críticas a los trabajadores del SME se recrudecieron en la mayoría de los medios de comunicación: además de holgazanes, tenían buenos sueldos, seguridad social, prestaciones y eran organizados. Los presentadores de noticias, que ganan muchísimo más que los empleados de LFC, señalaban acerbamente que era inadmisible que en un país como México hubiera obreros medianamente pagados, que se defendieran y tuvieran dignidad. Se preguntaban, con rictus de intelectuales analíticos, “¿cómo es posible que en México un sindicato defienda a sus agremiados?” Se merecían la liquidación.

Y la culpable de todo es…

Calderón y Gómez-Mont y Lozano y Carstens y Ruiz y Cordero y Kessel, todos arguyeron al unísono que LFC era una rémora para el país y, por ende, había que liquidarla. A los trabajadores les ofrecieron gloria y opulencia, además de desempleo, unos cuantos pesos, la remota posibilidad de ser re-contratados y la oportunidad de emprender micro-empresas, como poner puestitos de jugos o montar un catálogo de DVD piratas en algún tianguis; al cabo, en este país, estamos llenos de bondades. Y todo estas acciones las hizo el “gobierno” (es un decir) por los pobres, porque LFC se llevaba miles de millones de pesos, era ineficiente y lo peor, sus trabajadores andaban llenos de lujos. Ahora, el dinero que se iba a la compañía, se invertirá en programas para combatir la pobreza. Falta que se especifique a cuál pobreza: la existente antes de Calderón o la mucha que él ha creado. Minucias, pues.

De tal grado fue el paroxismo del “gobierno” (es un decir), que el “presidente” (es un decir) declaró que el “problema” de LFC “había llegado ahora a niveles insostenibles para la vida económica nacional y para las finanzas públicas”. Arguyó igualmente que gracias a esa empresa, se “habían dejado de generar más de 100 mil empleos en la Zona Centro del país. Y se había perdido capacidad de crecimiento de entre medio y un punto del Producto Interno Bruto”. ¡Vaya descubrimiento!: no toda la crisis vino de fuera, también llegó de LFC.

Mentiras, hipocresías y…, esperanza

Con la liquidación de LFC se atacó a un sindicato independiente, el SME, que ha hecho ingentes intentos por ser democrático, que tiene gran raigambre e identidad y que es comprometido con la defensa de los derechos de los trabajadores. Un sindicato que como muchos otros en México y en el extranjero, tiene vicios y prácticas que deben eliminarse. Esto, sin embargo, no debe ser motivo para su criminalización por parte de varios medios de comunicación y del “gobierno” (es un decir).

La embestida mediática contra el SME ha sido despiadada. Se les ha denigrado por pelear por los derechos de los trabajadores y por las “prebendas” que éstos gozan (la mayoría de ellas, simple y llanamente, conquistas obreras que representan un mínimo de justicia social). Se ha dejado en la calle a más de 40 mil empleados de LFC, y se ha hecho de la peor manera: a escondidas, sin avisar, en plena noche, con miles de policías dispuestos a reprimir.

Y todo se ha realizado para pagar facturas, para hacer negocios particulares. LFC tiene una red de fibra óptica que permite ofrecer el triple play: datos, imágenes y sonido, es decir, Internet, cable y teléfono. Ahí se encuentra el meollo del conflicto: el otorgar a particulares la red de fibra óptica es uno más de los beneficios que Calderón le dará a los de siempre, a los potentados de este país, a quienes se sienten dueños de México. Ojalá la marcha multitudinaria del jueves pasado no sea una movilización más, sino la semilla de un gran movimiento social que aglutine a las diversas izquierdas y que luche contra Felipe Calderón y los que se sienten dueños de la nación. Ojalá así sea, y ojalá que sea rápido: el país se está cayendo en pedacitos.

jorge_naredo@yahoo.com



Una sola mirada, diferentes visiones.

sábado, 17 de octubre de 2009

He de morir con tu nombre en mis labios



Frente al arbol seco de un amor infructuoso, ¿que he de decir?, elevare una plegaria, escribire un poema en una hoja de tabaco y lo fumare a la sombra de aquel arbol sin hojas, mientras a lo lejos el sol caera herido en la inmensidad del mar.
Escribire en el aire un suspiro, y me recordare lo que paso, dibujare sobre una nube tus ojos, observare la estrella que te regale, y mirare en mis sueños lo que siempre supe, lo que siempre tuve presente lo que nunca fue, pudo ser, ni podria ser.
Y ya borracho de nostalgia, gritare tu nombre a la luz de la luna, y abrazare a soledad, mientras ella buscara mis labios resecos, en un beso mortal, frio y humedo. Y ya el sol muerto en el horizonte y mientras se acaba aquel tabaco que aun tiene lumbre, te recitare 3 veces el Nocturno a Rosario, y tal vez envuelto en esa locura, busque el mismo fin que Acuña, solo que en lugar de morir de frente al sol, he de morir de frente a la luna, y con tu nombre aun en mis labios...
Una sola mirada, diferentes visiones.

viernes, 16 de octubre de 2009

Definiciones...


No entiendo, a veces me siento tan lejos. Y a veces, me siento tan cerca. Espero no te marches, sin saber que puede suceder...

Una sola mirada, diferentes visiones.

amor mío


Amor mío, mi amor, amor hallado
de pronto en la ostra de la muerte.
Quiero comer contigo, estar, amar contigo,
quiero tocarte, verte.

Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo
los hilos de mi sangre acostumbrada,
lo dice este dolor y mis zapatos
y mi boca y mi almohada.

Te quiero, amor, amor absurdamente,
tontamente, perdido, iluminado,
soñando rosas e inventando estrellas
y diciéndote adiós yendo a tu lado.

Te quiero desde el poste de la esquina,
desde la alfombra de ese cuarto a solas,
en las sábanas tibias de tu cuerpo
donde se duerme un agua de amapolas.

Cabellera del aire desvelado,
río de noche, platanar oscuro,
colmena ciega, amor desenterrado,

voy a seguir tus pasos hacia arriba,
de tus pies a tu muslo y tu costado.

Jaime Sabines

Una sola mirada, diferentes visiones.

jueves, 15 de octubre de 2009

Idealizaciones


Te tengo en la mira, tú observas, yo estoy cerca de ti. Entonces sucede lo inesperado, aquellas charlas ya no tienen sentido, el discurso queda de lado, la práctica hace su aparición, tus labios se olvidan de todo, solo hacen fricción con los míos. Convertimos las palabras en silencio, no paramos de mirarnos fijamente. Somos o no somos. ¿Nos gustamos, nos queremos?

Eso está por verse...

Una sola mirada, diferentes visiones.

Don Ramón



Aprende un buen poema
Y lo disfrutarás toda tu vida,
Enséñaselo a tus hijos
Y nunca se sentirán solos,
Enséñaselo a tus nietos
Y siempre te recordarán.

Ramón de Almagro

Una sola mirada, diferentes visiones.

sin remedio



Si nos cortan las patas / ya ves /

andaremos sin patas / qué remedio /

que nos cortan las alas / no podremos volar /

construiremos barriletes / qué remedio /



si nos cortan las manos / ofú /

con los dientes escribiremos / qué remedio /

que nos cortan las orejas / sin sonidos /

el olfato desarrollaremos / qué remedio /



que nos tapan la boca / mala cosa /

del aire comeremos / qué remedio /

del aire moriremos / alondras de los rastrojos /

si nos asfaltan los campos / sin remedio /


( los ojos para qué los queremos a estas alturas ) /

Eladio Orta

Una sola mirada, diferentes visiones.

Invita Tabo II a conocer la vida de los libertadores de la patria


México, 14 Oct. (Notimex).- Para el escritor Paco Ignacio Taibo II, conocer la figura de Miguel Hidalgo y Costilla es algo maravilloso, pues hay partes del llamado "Padre de la Patria" que son desconocidas casi por todos.

Recordó que él tenía una percepción diferente del personaje histórico, en el que no había identidad, lo que se debía a que las clases de historia que tuvo con un maestro de escuela fueron monótonas y leía cosas aburridas.

Durante la mesa redonda "Los libertadores", realizada anoche en el Foro General "Mario Benedetti", de la IX Feria Internacional del Libro del Zócalo de la Ciudad de México, que concluirá el próximo 18 de octubre, Taibo II dijo que después vino el movimiento estudiantil de 1968, que significó un cambio en su vida.

"En mi facultad los nombres de las brigadas eran `Che Guevara" y había una que se llamaba `Morelos", pero era conformada por homosexuales; era una generación sin pasado nacional, absolutamente, pues nuestra referencia era la guerra de Vietnam y la Revolución Cubana, y la de México", dijo el narrador.

Entonces la mexicanidad era un vacío, pero el 68 creó una nueva noción de patria y una nueva relación con el pasado, lo que obligó a una búsqueda del pasado.

"Y en algún momento de mi vida regresé al `Padre de la Patria", Hidalgo, y conforme iba descubriendo cosas me iba poniendo de un humor particular. Hablaba siete lenguas, español, latín, francés, italiano, otomí, náhuatl y purépecha", destacó Taibo II.

Subrayó que hay mucho material no divulgado de Hidalgo, y cualquiera puede encontrar cosas notables, como que la Inquisición le formó un juicio para correrlo como rector de la segunda universidad del país.

"Ver los materiales de las denuncias es maravilloso, y saben que lo acusan de que algún día dijo que no creía en los Reyes Magos, y yo tampoco, y ahí si hay identidad", señaló.

También le señala la Inquisición "que le gustaban las cartas y que no podía ir al colegio porque perdió el dinero en el juego, (cosas que) van descubriendo el personaje", apuntó.

Por su parte, el escritor ecuatoriano Abdón Ubidia, autor de "Ciudad de invierno", comentó que el libertador Simón Bolívar es todo un héroe que quedará para la eternidad, pues liberó cinco naciones: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia.

"Recorrió miles y miles de kilómetros de selvas y montañas y fue un gran amante, y toda su fortuna, que era enorme, la puso al servicio de la independencia, pero su final no pudo ser muy trágico", señaló el también autor de "Sueño de lobos".

Abundó que en 1830 muere primero asesinado su lugarteniente, quien iba a ser su continuador, Antonio José de Sucre; luego muere el propio Bolívar, y al mismo tiempo el gran sueño del libertador, la Gran Colombia, se deshace y estalla en pedazos.

Por lo que, continuó, "es un destino trágico sí, pero también un destino romántico, un destino de héroe; vida, pasión y muerte, todo un héroe.

"Habría que añadir que fue un héroe romántico, pero paradójicamente portador de los ideales de la Ilustración francesa, que como todos sabemos mantenía ideales pre o anti románticos", concluyó el escritor.



Una sola mirada, diferentes visiones.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Llenos de oxigeno



LA HORA DE PELEAR

........No digas que No.

........Sí puedes cambiar el mundo.

........Sólo precisas

........un brazo,

........................ una mano,

...........................................piedras.

........Éstas son mis piedras.

........Llevo el pelo largo.

........Me salto los semáforos en verde.

........Me enfrento en duelos de miradas

........siempre que la autoridad competente me desafía.

........En el autobús, le cedo el asiento a los niños:

........los mayores ya tuvieron su oportunidad

y......no supieron, o no quisieron, aprovecharla.

........No uso gafas de sol:

........no me avergüenzo de mis lágrimas

y......cuando hablo con alguien

........le hablo a los ojos.

........No miro a nadie por encima del hombro

y......eso que mido 1 metro con 85 centímetros.

........No hablo de lo que no sé.

........No hablo.

........Escribo.

........Escribo poemas.

........Éstas son mis piedras, parte de ellas.

........Piensa en las tuyas,

y......recuerda:

........brazo,

.......................mano,

.....................................piedras,

........pero,

........sobre todo,

........el gesto.

David González

Una sola mirada, diferentes visiones.

martes, 13 de octubre de 2009

Somos perdedores...


Al perderte yo a ti,

tú y yo hemos perdido:

yo, porque tú eras
lo que yo más amaba,

y tú, porque yo era
el que te amaba más.

Pero de nosotros dos,
tú pierdes más que yo:

porque yo podré
amar a otras
como te amaba a ti,

pero a ti nadie te amará
como te amaba yo.

Muchachas que algún día
leaís emocionadas estos versos

Y soñéis con un poeta

Sabed que yo los hice
para una como vosotras

y que fue en vano.

Ernesto Cardenal


Una sola mirada, diferentes visiones.

Carta de Michael Moore a Obama: Si no sale de Afganistán, devuelva el Premio

tomada de: Cory.lum

Tomado de www.michaelmoore.com
Traducido por Cubasí

Estimado presidente Obama:

Qué bueno que haya sido reconocido hoy como un hombre de paz. Sus rápidos, tempranos pronunciamientos -el cierre de Guantánamo, el traer las tropas de Iraq a casa, su deseo de un mundo libre de armas nucleares, el admitir a los iraníes que derrocaron a su presidente elegido democráticamente en 1953, el pronunciamiento de un gran discurso ante el mundo islámico en El Cairo, eliminó ese término inútil de “Guerra contra el Terror”, que haya puesto fin a la tortura- todo esto nos ha hecho sentir un poco más seguros, teniendo en cuenta el desastre de los últimos ocho años. En ocho meses usted ha hecho un giro y ha conducido a este país en una dirección mucho más sana.

Pero…

La ironía de que se le haya otorgado este premio en el segundo día del noveno año de lo que se está convirtiendo rápidamente en su guerra en Afganistán no pasó desapercibida para nadie. Usted está realmente en una encrucijada. Usted puede escuchar a los generales y expandir la guerra (sólo para dar lugar a una previsible derrota) o puede declarar por terminadas las guerras de Bush, y traer todas las tropas a casa, ahora. Eso es lo que un verdadero hombre de paz haría. No hay nada malo en que Usted haga lo que el último tipo no pudo hacer- la captura del hombre o los hombres responsables de los asesinatos en masa de 3.000 personas el 9/11-. PERO NO PUEDE HACERLO CON TANQUES Y TROPAS.

Usted está persiguiendo a un criminal, no a un ejército. Usted no utiliza un cartucho de dinamita para deshacerse de un ratón. Los talibanes son otra cosa. Eso es un problema que debe resolver el pueblo de Afganistán -como hicimos nosotros en 1776, los franceses en 1789, los cubanos en 1959, los nicaragüenses en 1979 y la población de Berlín Este en 1989- Una cosa es cierta, todas las revoluciones llevadas a cabo por personas que desean ser libres, en última instancia, tienen que lograr la libertad por sí mismos. Otros pueden ser solidarios, pero la libertad no puede entregarse desde el asiento delantero del Humvee de otra persona.

Ahora usted tiene que finalizar nuestro involucramiento en Afganistán. Si Usted no lo hace, no tendrá otra opción que devolver el premio a Oslo.

Saludos, Michael Moore

P.D. Su oposición ha pasado la mañana atacándolo por traer esa buena voluntad a nuestro país. ¿Por qué ellos odian tanto a los Estados Unidos?

Me da la impresión de que si ud descubriera la cura contra el cáncer esta tarde ellos lo hubieran estado denunciando por destruir la libre empresa, porque los centros de cáncer tendrían que cerrar. Hay otros que dicen que Ud. no ha hecho nada todavía para merecer este premio. En lo que a mí me concierne, el solo hecho de que Ud. se haya ofrecido para caminar en un campo minado de odio y tratar de deshacer el daño irreparable que el último presidente causó, no solo es apreciado por mí y por millones, sino también un acto de verdadero coraje. Por eso Ud. obtuvo el premio. El mundo entero depende de EE.UU y de Ud. para literalmente salvar este planeta. No los defraude.



Una sola mirada, diferentes visiones.

lunes, 12 de octubre de 2009

12 de Octubre: fe en Guadalajara


La fe es inquebrantable. es una de esas cosas que nunca pasan de moda, que modifican la ciudad por unas horas y la paralizan, la dejan inmune a todos sus ataques, a todos sus ruidos y silencios por la noche. Esa fe que mueve montañas, que despierta personas por las noches, que duerme a otras en el asfalto y plazas públicas de la ciudad.


Corrupción y el poder del dinero rigen el sistema judicial mexicano, dice Sandro


La mayoría de las personas confiaron en nuestra inocencia, señala el ex custodio

Estuvo preso seis años y 4 meses por su presunta participación en la fuga de El Chapo Guzmán

JORGE GÓMEZ NAREDO ( III y Última)

La Jornada Jalisco

Vivir dentro. Sin salida, sin un camino que lleve a una avenida o a una plaza pública, sin una senda que conduzca a las multitudes que, libremente, pululan por las ciudades. La prisión. Estar encerrado. Guardado. Mirando paredes y barrotes. Observando un presente de prohibiciones, de interdicción. Las cárceles están llenas de historias: las más simples, las más complejas, las más divertidas y las más absurdas. Y también las historias más desalmadas, las más brutales y las más injustas. Es la prisión: el cautiverio. Ahí estaba Sandro. No como cocinero ni como custodio, no como un observador de “fuera”, sino como un preso, alguien que vive, siempre, desde dentro. Ésta era la nueva situación, la nueva realidad. Muchas veces los pasos de la vida son rápidos: Sandro pasó de custodio a recluso. Todo, en poco más de un mes.

El Reclusorio Oriente

A Sandro lo acusaron de evasión de preso, un delito que no alcanzaba fianza. A algunos de sus compañeros se les imputó solamente cohecho, lo cual significaba el pago de cierta cantidad de dinero y, después, la libertad. Hubo a los que les fue mal: cohecho y evasión de preso. Y hubo a los que se les culpó de varias infracciones más. El caso es que Sandro había perdido su libertad y estaba lejos de su familia. Podía ponerse a llorar, maldecir el presente, su suerte y al sistema. Pero habría que aguantar, sostenerse, no dejarse caer. Inició el conocimiento de quienes habían recorrido el mismo periplo que él: “nos comenzamos a ubicar entre compañeros, porque muchos ni siquiera entre nosotros nos ubicábamos”.

Las cosas no eran fáciles. Especialmente al principio, cuando los recién llegados al Reclusorio Oriente del Distrito Federal se dieron cuenta que no eran libres, que estaban en la cárcel, que eran “delincuentes”. Sandro recuerda, como quien tuviera esas imágenes del pasado enfrente, nítidas y cercanas: “hubo peleas entre nosotros, broncas. Hubo de todo. Muchos cabrones comenzaron a meterse piedritas, algunos tuvieron problemas familiares, algunos se divorciaron. Imagínate, son cincuenta vidas, cincuenta historias diferentes. Yo solamente puedo hablar desde mi punto de vista”. La esposa de Sandro lo apoyó en todo momento. Y su mamá y su papá y todos sus familiares y no pocos amigos también. Su hermano, incluso, como un acto de protesta, dimitió del penal de Puente Grande: “él, sí renuncia, de plano dice: “chinguen a su madre”. Su papá, en cambio, continúo ahí: hace año y medio se jubiló.

Sandro sabía de cárceles: había estado trabajando en una durante varios años. Pero no conocía qué significaba estar adentro, como preso. Observó rápido la realidad en un penal local: “es muy diferente a una cárcel federal. Hay mucha corrupción, en realidad la corrupción es lo que rifa, es esencial la corrupción. Hay un chingo de drogas, hay un chingo de pendejada y media”. Había que sobrevivir. Pero, ¿cómo? La unidad entre los reclusos acusados de la evasión de Joaquín El Chapo Guzmán fue algo que ayudó. También se borraron las jerarquías: ya no había capitanes ni comandantes ni jefes. Ahora todos eran iguales, o un poco menos desiguales. Los unía el estar ahí, encerrados por el mismo delito. Sandro menciona, mezclando palabra y sonrisa: “perdimos total respeto, o más bien, convertimos ese respeto en amistad. Hice una amistad encabronada con mis compañeros; yo los veo y siento chingón. Yo quiero que estén bien”.

¿Qué actividades hace un recluso en una cárcel?, ¿cómo vive un interno?, ¿cómo pasa el tiempo, ese tiempo de no libertad? Al principio Sandro se aburría. Platicaba con un compañero, después con otro, hacía bromas y reía. Pero, ¿qué seguía?, ¿qué más? Eso lo veían también las autoridades del Reclusorio Oriente: “cuando nos ven que estamos como pendejos y no sabemos qué hacer, nos dan permiso de ir a talleres. Nos dan formas de entretenernos en algo, de trabajar en algo”. Sandro fue a talleres, leyó, hizo “casitas”, hizo “relojitos”, jugó PlayStation y convivió con la gente, además fumó marihuana: “si no es por eso, me vuelvo loco”. Y es que la vida en la cárcel es complicada. Difícil. Traumática. Y más si alguien está ahí por un delito que no cometió.

El apoyo y el olvido

Sandro era culpable de la fuga de El Chapo Guzmán. Él y alrededor de 60 personas más encarceladas en el Reclusorio Oriente. Eso según la versión de la Procuraduría General de la República. Pero muchos no la creían. Para multitud de personas, varios de los encarcelados por la fuga del líder del cártel de Sinaloa eran simples chivos expiatorios, gente que estaba ahí porque la mala suerte existe. Cuando llegó Sandro a la cárcel del Distrito Federal y comenzó a tener contacto con reclusos, custodios y autoridades de la prisión, se dio cuenta que varias personas no creían en lo dicho por el gobierno federal: “casi todo el mundo nos apoya, casi todo el mundo sabe que somos inocentes. Aunque siempre hay el morbo de alguno que otro que te dice: ‘sí, se llevaron algún billetote, no se hagan pendejos putos, no mamen, no puede ser posible: si se llevaron un pinche billetote’. Sí, hubo gente que lo pensó. No puedes hacer nada contra eso. Pero la mayoría de la gente nos trató bien”.

Poco a poco, afuera, el caso de los recluidos por la fuga del jefe del cártel de Sinaloa se fue apagando: los medios de comunicación ya no hablaron del asunto, era cosa del pasado. Y aunque el sufrimiento de los familiares persistía, y había inconformidad y batallas legales y argumentos, el olvido se fue haciendo mayor: insoportable. Así sucedió, por ejemplo, con el autobús que el gobierno del estado de Jalisco proporcionó a los familiares de los acusados de la fuga de El Chapo para que pudieran visitar a sus presos. El camión, al principio, salía todos los viernes; después cada quince días; más tarde cada mes. Hasta que un día ya no salió. La esposa de Sandro iba y venía en él: ahorraba dinero, pues solamente pagaba 150 pesos por el viaje redondo. Ella sabe lo difícil que fue, las lágrimas derramadas.

La cárcel tiene sus propias reglas: las escritas y las no escritas, las que se violan constantemente y las que se respetan. También hay una economía especial. Sandro la describe en pocas palabras cuando se le pregunta cómo se consigue dinero en el penal: “el dinero te va a llegar por medio de la visita. La principal entrada es lo que lleva la familia, la cual da dinero a la gran mayoría de internos. Ahí hay tiendas y un mercado ilícito donde obtienes cualquier cosa. Ahí consigues todo, lo que sea: televisiones, radios, grabadoras, de todo. Hasta hornos de microondas se consiguen, pero cuestan bien caros y para qué chingado quieres uno”. La violencia también se da. Hay armas. Aunque no todo el mundo las trae, pues “son una bronca”. Sandro reflexiona sobre el asunto: “tienen [armas] los güeyes que se sienten inseguros, que sienten que les quieren llegar, o los que se quieren manchar. Ésos güeyes van a traer armas”. En la cárcel se conocen historias de hazañas y de yerros, historias de muchas vidas, de dolor y alegría, de sinsabores y lamentos. Gente que afuera era líder de alguna organización delictiva, “pesos pesados”, muchos que habían robado, otros que habían matado. Sandro dice: “adentro hay gente manchada”, y también “cabrones que les sale el tercer huevo porque tiene una pistola en la mano”. Y claro, adentro también hay gente inocente y honesta. Gente con mala suerte.

Lo importante adentro es entretenerse: que no mate el aburrimiento, porque la muerte que éste provoca es letal. Tiempo después de que Sandro ingresó al Reclusorio Oriente, se echó a andar un programa para la readaptación de primodelincuentes. Araceli Barrios Quintero, la encargada de dicho proyecto, habló con seis de los jóvenes que fueron recluidos por la fuga de El Chapo Guzmán. Sandro recuerda lo que les propuso: “lo que quiero es que me apoyen en echar a andar este desmadre; nosotros sabemos que ustedes son servidores públicos, que no son delincuentes, que estaban trabajando y haciendo sus labores. ¿Qué les voy a dar a cambio? La oportunidad de estar en este programa: así de simple”. Y aceptaron. Pronto, Sandro se convirtió en un promotor de la cultura y el deporte al interior del penal. Todo marchaba bien, tan bien que el programa se cambió en 2003 a una edificación recién construida en Santa Martha: el Centro de Readaptación Social Varonil (Ceresova). Ahí solamente ingresarían menores de treinta años capturados por primera vez. Pero a Sandro y a sus seis compañeros, el director del Reclusorio Oriente les negó el traslado: habían cometido un delito federal. No podían irse.

Nuevamente Sandro regresó a ir de aquí para allá. Conoció a gente “pesada”, incluso, dice contento, sonriendo, casi ufano: “me la llevé bien con ellos”. Sandro sabe que la vida puede cambiar en un día. Que se puede transformar para siempre en unos cuantos minutos. Y así sucedió: “estaba jugando un ajedrez, cuando me dicen: ‘ya te vas’. Y yo digo, pues ¡vámonos a la chingada! Y me voy a Santa Martha”.

En Santa Martha

El Ceresova de Santa Martha Acatitla fue inaugurado por el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, en marzo de 2003; en octubre de ese mismo año ya estaba en funciones. La intención fue que dicho centro fungiera como el lugar donde se consolidara el Programa de Rescate y Reinserción de Jóvenes Primodelincuentes, a cargo de la maestra Araceli Barrios Quintero. El Ceresova pretendió ser un verdadero centro de readaptación juvenil. Las autoridades del Distrito Federal lo describen de la siguiente manera: “el centro cuenta con una arquitectura tipo panóptico, distribuyendo a la población en 4 edificios, cada uno con cancha de básquetbol, comedor, tienda, baños generales y un distribuidor de alimentos”. Sandro lo recuerda casi igual: “está bien light, está bien chingón el pinche centro. Estamos diciendo que un área tiene su propio dormitorio y su propia área de visitas bien conchas, unas palapas bien bonitas. Parece día de campo. Está bonito, está chingón”.

En Santa Martha, Sandro fue gestor cultural y deportivo. Organizaba, junto con un equipo de internos, torneos de fútbol, básquetbol, voleibol, béisbol, box y hasta de fútbol americano. Instó a las autoridades para que consiguieran donaciones de las universidades públicas de la ciudad de México y de empresas privadas. Sandro se siente hoy orgulloso de su labor en Santa Martha: “yo prácticamente soy el que comienza la estructura de cultura y deportes en este centro”. Dirimió conflictos entre internos, apoyó equipos deportivos, formó una biblioteca y un libro club, fungió como maestro de ceremonias, gestionó uniformes y trofeos para los diversos eventos deportivos, incluso organizó un equipo editorial e hizo una publicación: “con otros dos compañeros echamos andar lo que es la Gaceta del centro, donde se promocionaba la cultura y los deportes”. Logró algo fundamental en la cárcel: divertirse: “todo esto lo hice por hacer algo. No recibí nada a cambio. Más que nada fue para entretenerme, para pasar el día, para sentirme ocupado”. Sandro, con su sonrisa de todos los días, su camaradería y su fácil palabra, logró adecuarse a las circunstancias. Él aprendió algo importante: “saberse adaptar a las condiciones del sistema”. No lágrimas, no depresión, no intentos de suicidios ni cambios radicales en el carácter, no peleas absurdas ni agresiones. Simplemente pasarla bien, aclimatarse a las condiciones, por muy injustas y adversas que fueran.

La sentencia y la liberación

El sábado 1 de julio de 2006, en todo México se hablaba de elecciones, de elecciones y de más elecciones. No había cabida para otro tema. Felipe Calderón había hecho una campaña electoral sucia en contra de Andrés Manuel López Obrador. Había división en la sociedad, riesgo de inestabilidad política y, a pesar de todo, muchas ilusiones: gente que pensaba que por fin la izquierda se haría con la Presidencia de la República. Esperanzas. Las elecciones eran el tema, el único tema. Fue el 1 de julio, un día antes de los controvertidos comicios presidenciales, cuando el juez cuarto de distrito sentenció a los custodios implicados en la fuga de El Chapo Guzmán. Las notas saldrían publicadas (si acaso se publicaban), en pequeños espacios de los periódicos de circulación nacional. Las televisoras y las radiodifusoras ni se fijaron en el asunto. Sandro fue castigado por el delito de evasión de preso con seis años y cuatro meses de prisión. Cuando recibió dicho fallo, llevaba ya en la cárcel más de cinco años. Sandro cuenta algo de la desesperación: “antes de la sentencia estás así como que medio en el limbo jurídico, no sabes qué viene, ni cuándo ni pa’ cuándo. Estás en el proceso, un proceso que no tiene fin, que no sabes cuándo se va a acabar, que tú quisieras que ya ya ya y nada nada nada. Exiges ‘quiero sentencia, quiero sentencia, quiero sentencia’ y nada nada nada. Ya chíngame con lo que me vayas a chingar, pero ya chíngame”.

Después de conocer la sentencia, las circunstancias cambiaron: “ya sé que en once meses me voy a la verga, ya sé que en once meses a chingar todos a sus madre, yo creo que a partir de ese momento hay cambios: hay otro tipo de espera”. Sí, la espera que tiene fecha, la espera que llega a un fin. Sandro comenzó a delegar sus funciones: solamente se quedó como encargado de la gaceta del Ceresova. Y pensó en la salida, en la liberación, en volver a recorrer las calles, en estar en Guadalajara: en ser libre. La espera lo llenaba todo: lo demás se volvía prescindible: “me valía madre. ¿Por qué?, ‘¡porque ya me voy, a chingar a su madre, ya me voy!’. Es el sentimiento, el sentimiento que se tiene en ese momento antes de salir”.

Sandro por fin fue libre. Después de seis años y cuatro meses, recobró el andar por donde le viniera en gana. Lo esperaban su esposa y su hermano. Ese mismo día partieron a Guadalajara: volver, retornar, regresar: “me recibió un pinche pachangón chingón”. Encuentra la misma ciudad, pero distinta: “la ciudad es otra ciudad”. Hubo un proceso, nuevamente, de adaptación. Dice Sandro que su esposa seguramente pensó: “ahora tengo este cabrón aquí, ¿qué pedo?” Nuevamente convivir con los hijos, conocerlos y compartir. Regresó a la escuela: “de plano entendí que lo mejor y los más conveniente sería comenzar desde un principio todas las clases para entenderle mejor”. Seis años no fue poco tiempo. Pronto vinieron el trabajo y la rutina, una rutina en libertad. Sandro sonríe cuando describe su retorno. El pasado, ahora, es eso: pasado, recuerdos y experiencias. Y también una mala jugada de la vida.

Una historia más de este país

¿Cuántas historias se callan?, ¿cuántas injusticias quedan encerradas en las lágrimas?, ¿cuántas iniquidades se soportan sin decir palabra, sin mediar voz alguna? ¿Cuántas? Sandro estuvo seis años y cuatro meses en la cárcel. Él sabe que no fue culpable, que fue un chivo expiatorio. “La mala suerte”, argumenta; pero también se sabe víctima de un sistema injusto, un sistema regido por el dinero y por la corrupción. Es una historia de este país, de México, una historia injusta, como muchas otras historias de muchas otras personas que, desgraciadamente, nunca se mencionan, jamás se cuentan: historias que se perpetúan en el olvido.

Una sola mirada, diferentes visiones.

Audiolibro Recomendado del Mes

Compartimos el Libro: "De la dictadura a la Democracia" del autor Gene Sharp, en su formato audiolibro para nuestros estimados lectores. Un título imprescindible sobre los diferentes métodos que el autor propone para disolver dictaduras por medio de revoluciones pacíficas y acciones no-violentas. (son díez capítulos que se estarán subiendo hasta completar la carpeta):