martes, 28 de febrero de 2012

Uno termina siendo




Calacuta comenzó a remover los trastes de peltre, tomó el comal y sacando unas tortillas gruesas de un rincón de su cocina, colocó a ambos en el endeble fogón que tenía para sus quehaceres. Jaló una silla de madera gastada y vencida pintarrajeada de un azul pardo y descolgó la hamaca. 
--Siéntate-- le dijo a Clotilde con una seña de condescendencia. Clotilde se sentó y se meció un poco, se soltó el chongo apretado que traía y dejó sus cabellos largos y lacios caer sobre sus hombros morenamente tropicales. Suspiró profundo.
--¿Y cuándo te vas?
--No sé, aún no he visto con quién irme, o a dónde
--¿Cómo?¿ no querías ir a las chicleras?
Clotilde miró a la vieja de reojo y dejó caer su mano derecha con la que comenzó a hacer dibujos sobre la tierra rojiza y fresca que yacía en sus pies. Se soltó los zapatos y hundió los diez dedos en esa tierra fácilmente removible. Sintió ese fresco y olor de tierra húmeda ascender por sus piernas como conquistándola.
--Pero... ese es trabajo de hombres, nomás eso me dicen
--¡Mjú!, ¡saber!, mira que si la providencia te niega algo debe ser por algo-- Calacuta volteó la tortilla y la abrió para agregarle un poco de aceite y sal. --¿Y tu esposo?
La muchacha sintió que la pregunta le erizaba la piel, sintió de nuevo las palabras de la última noche en que vio el cuerpo esbelto del que era su esposo. Recordó el día en que lo divisó espiándola entre los manglares mientras ella navegaba paciente en su cayuco verde. «Eran otros tiempos» pensó y el agua del río de entonces le pareció igual de turbia que ahora pero más suave al tacto, mucho más líquida, mucho más fresca.
--¡Niña!--El grito de Calacuta la regresó a la realidad de la choza hecha de palitos de coco y guano, una casa simple, sin piso, y ligeramente inclinada por los ventarrones de las noches de mayo, la luz se filtraba en cada recoveco.
--Él ya no está conmigo, no estará...¿sabe?-- Lanzó una mirada firme hacia la vieja, cómo desafiándola a conocer la verdad de su pena. Calacuta no tenía problemas en adivinar las penas ajenas, era hija de un brujo de Jalpa y desde muy niña había aprendido a desentrañar los secretos que se guardan en las miradas cansadas de las gentes. Calacuta conocía el clamor de la sangre y sabía darle interpretación, sabía hablar en palabras lo que el cuerpo encerraba.
La vieja se acercó a la joven y le tocó los cabellos ligeramente. Eso bastaba para que conociera el fondo de la miseria de Clotilde, para que ese misticismo que ella sabía descifrar se le desdoblara y aprendiera a conocerlo y a sondearlo.  Calacuta abrió los ojos como si se hubiese hecho de noche y la soltó delicadamente, regresó para sacar la tortilla y partirla. El otro cuerpo que la observaba permaneció inmóvil como si de alguna forma conociera lo que había hecho Calacuta. Ésta le acercó un triángulo de tortilla a las manos saladas, luego se levantó y tomando una jarrita de peltre sirvió en dos jícaras un pozol oscuro y espeso que tardaba en resbalarse por la boquilla maltrecha de aquel recipiente y caía a goterones sobre las jícaras haciéndolas mecerse sincrónicamente.
Se sentó a un lado de la hamaca y miró a la joven tomándola de nuevo de los cabellos:
--Yo sé lo que es eso
--¿Cómo?, usted...
--Si, yo sé lo que es perder la vida. Yo sé lo que es arrancarse la vida, y quedarse con el corazón palpitándole a una ahí dentro, yo sé lo que es ser fuerte un instante para ser cobarde toda la vida, yo sé lo que es ser hombre un minuto y acabar siendo mujer el resto de la vida, como una carga dos veces mujer, porque así nos educan, para sufrir, y una sufre hasta dos o tres veces. Una ya no sufre el parto, ni la violación del marido, ni las borracheras, uno se sufre a si misma, se desencaja de una y termina siendo el espejo deforme de lo que una vez una fue y ya no será. Una tiene el valor de segar pero no tiene el valor de segarse a si misma, por miedo a acabar condenadas, ¡pero si ya lo estamos! -- Clotilde levantó la cabeza, la voz de Calacuta se fundía con sus pensamientos y se apropiaba de su cuerpo, dominaba su mente y acaba siendo la voz de ella hablando en tercera persona, como una voz de ella que se extendía hacia ella desde el mundo tangible que ella quería maldecir e ignorar, pero esta voz no la ignoraba sino que la llamaba, y ella, aunque confundida y extraña, acudía a su encuentro -- Estamos condenadas, y queremos sufrir nuestras penas. Yo sé lo que es eso, lo que es vivir sintiéndose condenable, detestable. Luego una quiere absorber todo, beberse la noche y el sol y la luna y las estrellas, y el día, y arrancarle al mundo lo malo y cargarlo una...Hasta que un buen día una se acepta corrupta...
--¿Y entonces?-- preguntó curiosa Clotilde como si se le fuese a revelar la cura de su enfermedad, cómo si las arrugas de esa mujer tuvieran, encriptadas, las palabras que ella necesitaba recitar para librarse de la culpa que la consumía, y tal vez así, en alguna extraña forma volviera a ser una con aquél que tanto quiso y que ella se había arrancado.
--Y entonces, una empieza a ser, nomás por ser, como si uno fuera presente, sin pasado, ni futuro, pero sin engaño...

La silla vacía


Imagen by dude,walkin,on_Flickr

¿Recuerdas las horas que pasábamos en aquella vieja silla del jardín?
Cuantas cosas escuchó, se ha guardado las promesas y no se ha tragado las mentiras, la vieja silla del jardín siempre cargó con los problemas que no eran más que nuestros; ¡pobrecilla de ella!

Aquella tarde cuando te levantaste enfurecido la golpeaste sin pensar todo lo que la has hecho cargar, y te fuiste, pude desde lejos ver tu silueta perderse entre el ocaso y la oscuridad; me contuve las ganas de salir corriendo tras de ti, y al contrario simplemente te mire alejarte, las lágrimas infalibles amigas salieron a mi encuentro mientras no sabía ya nada más para hacer. Me contuve un breve instante y entonces tomé la magnifica idea de partir yo también.

Esa tarde la vieja silla se quedó vacía, sin ti sin mi, pero con nuestras almas vagando por ahí, con los espíritus de nosotros que aún pretenden amarse, aunque nuestros cuerpos y las mentes digan que no. 

Hoy de nuevo estoy aquí tratando de recuperar el espíritu para poder dejar entonces la silla completamente vacía, para poder olvidarme de tí, para callar el alma y dejarte de soñar...

Ya no me importa nada...
que se quede tu alma sin la mía, que se quede mi cuerpo sin espías...  ¡Que se quede la silla vacía!

lunes, 27 de febrero de 2012

Quiero abrazarte tanto [Víctor Manuel San José]


Siento tu mano fría
correr despacio sobre mi piel
y tu pecho y mi pecho y tu desnudez.
Ya olvido reproches que imaginé.

Vente conmigo al huerto
que están las rosas
queriendo ver la promesa
que has roto para volver
y así creer lo que les conté.

Dije que te quería
como a nada en el mundo.
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.

Que tenía en penumbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Siento tu mano tibia
que palmo a palmo besa mi piel
y tus brazos me enredan hoy como ayer;
en este nuevo día vuelvo a creer.

Vente conmigo al puerto
que hay una barca en el malecón
con tu nombre pintado secando al sol,
con tu mano grabada junto al timón.

Sabes que te quería
como a nada en el mundo
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.

Que tenía en penumbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Quiero abrazarte tanto
con mis sentidos, con tanto amor
que no haya más sonido que nuestra voz
mi cuerpo en el tuyo a continuación.

Y yo andaré la tierra
como un romero buscando a un dios
y tendré tu regazo, tu comprensión
y una casa pequeña para los dos.

Sabes que te quiero
como a nada en el mundo
Que seguía tus pasos,
tu caminar como un lobo en celo
desde mi hogar
con la puerta abierta de par en par,
de par en par.

Que tenía en penunbras
nuestro rincón
en aquel salón con dos cubiertos
y tu canción
y con tus flores en el jarrón.

Víctor Manuel

Quiero Abrazarte Tanto by Víctor Manuel on Grooveshark

HoyMéxico desembarca en redes sociales

photo by Scott Beale / Laughing Squid

Una vez más saludos a todos, el día de hoy después de divagar frente a las costas de las redes sociales hemos decidido finalmente desembarcar.

Como todo desembarco estamos curiosos y ante la expectativa de lo que puede suceder, por un lado estamos  frente a las playas de twitter como @BlogHoyMexico y por el otro nos encontramos en avanzada sobre las costas de facebook en nuestra web HoyMexico.

Si quieren enlistarse en esta ofensiva de letras y visiones pueden unirsenos en https://twitter.com/#!/BlogHoyMexico 

domingo, 26 de febrero de 2012

La Ciudad Blanca


Mérida,  una suerte de conglomerado de piedras calizas de color rojizo, gentes chaparras y redondas, extranjeros aguileños y curiosos, razas importadas desde Chihuahua, Tlaxcala, Chiapas, Tabasco y no menos veces del Distrito; no hay que olvidar las casas de bardas hechas de piedras picudas y pesadas y las otras construidas de concreto que se erigen como moles sobre el pavimento, las calles polvosas y llenas de zacate, y el paseo Montejo afrancesado las mayor parte del   tiempo y bajado de esa Francia ficticia a sitio de continuas borracheras en carnaval.

Hay que contar la selva engañosa que le crece a la ciudad en todas partes, mitad selva y mitad palo seco se funde a nivel del suelo con sus calles y le niega al ciudadano la sombra.

Mérida esa mole de piedra y de gentes que explota sobre un fondo árido y casi desértico. La ciudad huracanada, la ciudad de la sed eterna.

Ahí está Mérida, creciendo como un manchón poco definido de casi un millón de gentes, pequeña en comparación con otras ciudades del país pero gigante para ese otro país que es el México sureño. 

A mi Mérida me recuerda (quizás malamente) a la  "Ciudad de los Palacios" de Fuentes, a la que describió en un vitral de historias bajo un mismo cielo. Sólo que, a diferencia de ese México dormido y que ahogaba a una revolución que todavía latía, Mérida no hace más que mirarse a si misma como en un espejo y a veces se halla gorda y se enfada consigo mismo. Mérida no se comprende a si misma, se quiere pueblo, se extraña pueblo y ya no lo es más desde hace mucho. Es ahora el conjunto incongruente de clases enfrentadas que la han definido antes y que ahora la van a definir con más fuerza. Ahora es un conjunto de pueblos interconectados entre sí. La tasa de crecimiento anual duplicó la de los últimos quince años, y llegan nuevas caras (todavía más caras), y se instalan negocios extranjeros, y se crean plazas y puestos, y en la avalancha, las diferencias se ahondan. Mérida Sur y Norte, la futurista y muy ciudad de Mérida y la muy noble y muy leal, la que no tiene más de veinte, la que tiene más de cien y la que coexiste debajo, la de los casi quinientos.

Amar es


Amar es comprenderse en el otro, pensarse a través de la mirada del otro, sonreír en la sonrisa del otro.

sábado, 25 de febrero de 2012

La comedia de mi vida


Pablo_ck_Flickr

Hay gente de todo tipo, gente que se ríe y otra que llora, hay gente que se rie por no llorar y otras que lloran por no reírse, hay gente dura y cruel que tiene escondido un punto debil debajo de su piel, existen también aquellos que llevan la debilidad por delante y en el momento menos indispensable sacan las uñas para dejarte ver que no son lo que tu crees.

La escuela de la vida nos forja de distintas maneras, nos planta en un escenario donde somos los actores y autores de nuestra propia comedia.

Yo soy autora de innumerables obras, cada invierno tengo algo nuevo para presentar, algo que deja a todos sin aliento; el teatro se engalana y los actores se preparan para la presentación que el publico esta esperando criticar.

-Damas y caballeros el teatro de arte para engañar se engalana este invierno con un espectáculo genial.- esa es la frase de entrada antes de empezar a actuar, el titulo siempre quedó a criterio del publico que necesitaba mirar para comenzar a hablar y hasta a delirar.


Las obras de mi vida fueron siempre tan cómicas que cuando hice una tragedia la gente pensó que simplemente me burlaba del dolor; los hice reír a todos y sin embargo yo nunca pude hacer lo mismo siempre actuando falsamente y sin corazón, que cuando lo quise usar falló totalmente; el tiempo del amor para mi se había terminado, no habían sueño que cumplir más que mirar la sonrisa de mi público encantado y provocar admiración a mis actores, el caso ya no era ser, ya no era tener, ya no era sentir, el hecho era simplemente sobrevivir a la comedia ridicula de mi vida que apenas empezaba a figurar.

Ahora estoy aquí esperando un minuto más para volver a escribir un nuevo guión, este invierno no puede ser la excepción, y tratando de encontrar nuevos actores para hacer soñar, para besar, para supuestamente amar, que comedia la mía, que tras el telón me hacen llorar.

martes, 21 de febrero de 2012

Calacuta

Anciana por Guillermo Jacobs.
"La vi salir de la Iglesia de Panajachel, con forme se iba acercando me parecio que murmuraba algo, no le entendi lo que dijo."
Calacuta, una mujer vieja, de cabellos casi azules, rostro ajado y marcado por las arrugas del tiempo, pechos caídos, mirada vidriosa y extraviada se levantó del suelo muy lentamente. Clotilde la vio levantarse desde la última banca de la iglesia en donde se encontraba, la mirada fija de la mujer la puso nerviosa y comenzó a morderse los labios.

Con pasos cansados la mujer fue moviéndose entre las gruesas bancas de cedro hasta llegar donde Clotilde, le tocó la cabeza y la miró con compasión:

--¿Me puedo sentar hijita?--Clotilde dudó por un segundo pero la voz paciente y un poco ronca de Calacuta le recordó a su abuela. Asintió con la cabeza. Eran alrededor de las siete de la mañana y la Iglesia estaba poco concurrida, la vieja se acercó al rostro congestionado de Clotilde, le tomó la mano delicadamente y le susurró al oído lo que veía:

"Morir cada día al anochecer, para levantarse muerto al día siguiente. Morir para dejar que otros vivan. Para justificar el ciclo de la existencia de los que si vivien, de los que si cambian en el mundo, de los que creen, de los que aman y de los que ignoran. Quitarles a todos la llaga del dedo gordo, la piedra del zapato, el parche viejo y las noches solas. Apartarnos como los leprosos y vivir en la periferia...¿o sólo existir?. Sólo existir lejos, cómo el recordatorio necesario de lo que no se debe hacer, de lo que no se debe olvidar.

Que ellos vivan mientras nosotros morimos, vivan ustedes todos juntos, los que besan y los que sueñan, los que rien de verdad y los que lloran cuando es tiempo de llorar, los que sienten, los que cambian de estado al ver el sol que se refleja sobre el mar, los que pueden ser triviales y se atreven a trascender...todos ustedes nos matan a diario a mi y a mis huestes...pero nos matan, nos pisotean, nos reducen, porque queremos, porque alguien creemos, debe cargar las pesadas piedras que son tan innecesarias. Vivan por sus dioses, ¡vivan!.

Yo por mi parte, no muero a diario, y quiero hacerlo, quiero morir hoy y despertar mañana medio muerto, luego muerto y medio, y saborear el gris, y beber de aguas color ceniza, y sonreír como quien nada le importa y todo le sabe a agua clorada, un sabor tenue y constante, sin sobresaltos."

Carta a un Inmortal


by the noisy plum_Flickr

Voy a escribir la última carta, me preparo doy un suspiro pero con suerte (y mucha suerte creo yo), no brotó ninguna lágrima, y se afina el pensamiento, vuelan las ideas y el tiempo se detiene, sorbo un poco más de café, entinto la pluma y entonces creo que ya es el momento...


Querido amigo:

Hoy pensé en escribirte porque hace tanto que no estas aquí conmigo y tu sabes cuanto te extraño, han sucedido tantas cosas desde tu partida y simplemente ya no tengo tu regazo para echarme a llorar, ya no esta tu persona para darme la mano y levantarme de esta desagradable situación. Pero me queda tu recuerdo y soy feliz así, en esta forma tan ilusa de vivir, jugando con las utopías que me regala la vida.

Aún no dejo de pensar en aquella tarde cuando supe que nos dejaste a todos; los ojos llenos de lágrimas y el tiempo transcurría paulatinamente mientras las plegarias de tu madre se elevaban lastimeramente, el dolor de su corazón era terriblemente inmenso, como el mio al saber que ya no estarías aquí, no ahora, ya no después, ya no para frenar mis impulsos locamente actuados; aquella noche entre aves marías y mujeres afligidas estuve yo, mirando las escenas de nuestra vida, aquellas escenas de risa y otras de melancolía.

He pensado en nuestra amistad como un tesoro que se ha quedado guardo en el ayer, plasmado en las fotos de nuestra niñez, y hundido metros bajo la tierra donde yace tu cuerpo, pero no tú, tú no estas ahí, tu estas aquí con todos los que alguna vez te amamos, y aún ahora te seguimos recordando, tu estas aquí entre el mundo de destrozos que he hecho con mi vida desde tu partida, en los recuerdos del ayer y en los ojos de tu madre diciendo "mi niñito regresa por favor", tu estas aquí, sigues junto a nuestros corazones jamas moriste pues nuestras mentes te siguen recordando, no como se hace con los simples mortales, no de esa forma en la que se recuerda una vez cada año, no más...

Y en esta última carta, te confieso que tal y como lo dijiste aún no aprendo a quererme a mi misma, ni a mis sueños, aún no aprendo de ti, la vida se me escapa de las manos, sólo me queda el mañana para transformar porque el ayer se marchó y de no ser por ti, ya no lo quiero recordar...

Esta tarde no puedo más que decirte cuanto te extraño y cuan grandiosa ha sido tu amistad aún cuando ya recides en otro lugar, para mí tu sigues siendo inmortal.

Matemáticas




Ojalá existieran las fórmulas para conquistar a los amores imposibles.

lunes, 20 de febrero de 2012

Intratado 416. De amores y modernidades


Kiss por echormg Flickr

Amor, esa curiosa palabra. A través de los siglos el amor ha sido objeto de númeroros estudios, algunos analíticos lo despojan de su condición poética y lo arrastran al razocinio, le clavan agujas, lo hurgan con lupas y luces blancas que ciegan. Otros lo ensalzan, lo elevan a la condición de dios y se engañan constantemente en alcanzar lo inalcanzable, en poseer lo incorpóreo. 

Los primeros siempre en contra, los segundos invariablemente a favor defienden la eternidad del sentimiento. Por aquí quiero empezar este discurso sin pies ni cabeza, que acabará con la paciencia del lector antes de que haya explicado algo coherente.

Primero hay que ver que cosa es la eternidad, la eternidad según el diccionario más a mano que tengo "cualidad de algo que no tiene principio ni fin". Hay numerosas maneras de acercarse al problema de lo eterno pero eligiré la más próxima y quizá la más burda de ellas. Antes de entrar al fondo de lo insondable, partamos de una idea simple. Observemos todo a nuestro alrededor, sin mucho esfuerzo vamos a caer en la certidumbre de que todo cuanto existe, deberá dejar de existir algún día. Si algo existe en nuestro mundo, debe dejar de existir para que otras cosas que no existen puedan ser. Es el ciclo vital, la rueda continua que permite que las más estúpidas alegrías puedan ser disfrutadas.

Bueno, como usted ya advertirá, si existimos en un lugar finito, no se puede nunca contener algo sin fin en algo con bordes definidos, por muy grande que sea el recipiente siempre tendrá un límite. 

Luego tenemos la primera falacia evidente del amor eterno. El amor eterno no existe, jamás existió ni existirá. Pero es algo fácil de ver, lo curioso es como el concepto moderno de amor choca con con los conceptos pasados.

La vida es una cosa curiosa, se refina a sí misma, y en el proceso, la humanidad inmersa en ese proceso continuo, refina sus ideas, ideales, y lo humano. Murió el amor eterno, pero yo quiero llevar la muerte del concepto del amor a un nivel mucho más real, mucho más práctico. Si el lector me acompaña me gustaría mostrarle que el amor, al igual que la felicidad no son continuos, sino más bien aleatorios. Es cierto que uno puede querer a alguien constantemente, pero no se le quiere todo el tiempo. El amor entonces queda definido en función de la regularidad con que ese sentimiento es apreciado por las partes implicadas, considerando el factor tiempo.

Lo que le propongo al lector es un amor más laxo en el tiempo pero más vívido en el instante. Un amor más parecido a una epifanía y por ende (creo yo) más febril y sensorial. Un amor que vive y deja amar. Creo en el fondo que cuando aprendamos un poco esto y un poco de aquello, mejoraremos igual la convivencia de la humanidad, una humanidad más amorosa, que sepa quererse mutuamente. 

Usted lector no tiene porque estresarse con las ideas que bullen en la mente solitaria de un cuervo, pero me agradaría que lo considerara.

De otredades y estrellas



Desde que ambos hicimos públicos nuestros discursos y pensares sobre el otro, nos hicimos fríos y calculadores, y la razón venció al corazón en casi todas las batallas. Ya no somos los mismos. Si nuestro amor alguna vez existió, poquito a poquito va diluyéndose, va apagándose como una estrella que deja a su paso una estela de luz, y aunque brille en esta noche, su fulgor es ilusión, hace mucho terminó.

Aquiles por su talon es Aquiles by Jorge Drexler on Grooveshark

viernes, 17 de febrero de 2012

El tiempo de las cerezas

calallfelvalo_Flickr


Yo te quise en el tiempo de las cerezas
cuando el esplendor de aquellos frutos rojos
 se comparaba con el color de tus labios deliciosos
te quise allá cuando no había ni bien ni mal
cuando solo eramos tu y yo.

Te quise en el tiempo de las cerezas
cuando aun era primavera
y los pájaros cantaban anunciando nuestro amor.

Es verdad,
te quise y no te quiero ya.

Sólo un recuerdo fugaz
me queda del tiempo de las cerezas
cuando pronunciaba una y otra vez
los te amo interminables

El tiempo de las cerezas
cuando una hora era solo un instante
cuando estar juntos era lo mejor.

y te quise
 ¡hay como te quise!
 ¡hay el tiempo de las cerezas que ya se fue!

Y aclaro otra vez
que te quise,
en el tiempo de las cerezas,
no ahora
ya nunca más.


jueves, 16 de febrero de 2012

Prudencio

por -Merce- @Flickr


El abuelo de Prudencio le miró con ternura, impulsó un poco su mecedora y aspiró aire lentamente.
--Hay mujertes...

Prudencio apartó su vista rápidamente del suelo, y la clavo en los ojos azules y amarillos del viejo, con la mano derecha sintió la textura de la tierra húmeda, esa tierra que le daba de comer, le invitaba a jugar cada tarde y que igual servía para encontrar gusanos para asustar a las niñas, como para plantar flores para el día de las madres.

El abuelo lo miró por un breve espacio de tiempo. No espero que me comprendas, aún eres muy joven, ya lo entenderás algún día, cuando  las tardes como esta se te vuelvan vagos recuerdos, cuando el sol comience a tostarte la piel  en serio y tus ojos se vayan poniendo amarillos por los alcoholes adulterados de la juventud. Y entonces entenderás que hay mujeres vida, mujeres muerte. Entenderás que las canciones y los versos y todas esas cosas de los estirados, se hicieron para las mujeres muerte, pero que todas las quieren oír y a todas les encanta. Hallarás a las otras, a las que les escupen a las flores, que se burlan de las cosas del amor, y esas, esas te llamarán más la atención. Vas a encontrarte y a enredarte en el misterio de lo que es imposible y ahí te darás de topes

--Nada, Prudencio, nada.

El abuelo recorrió el patio de la casa, miró las piedras coloradas de la barda, el moho que crecía entre las rocas, los mangos podridos que se esparcían por la tierra y las abejas que felices recorrían los frutos que ya nadie iba a comer.  Aspiró profundamente. El olor semidulce de los mangos se le metió por las narices anchas y le llenó los pulmones. Quizo estar triste y miró al cielo limpio y azul, profundamente azul con auscencia de nubes que le dieran relieve. Cielo de Marzo con sol de Marzo, sol que se te mete por debajo de la ropa y se te clava en la piel y en los cabellos y siembra piojos invisibles, y a uno le da por rascarse...

Prudencio observó los movimientos lentos del abuelo. Disoció las palabras: mujertes, mujer, muertes, mujer-tes, ¿muertes de mujeres?, ¿mujeres que matan?, ¿las mujeres matan?, ¿porqué matan las mujeres?...¡Ah!, que chingaos, yo ni sé de eso...sé de muertes y algo sé de mujeres, también creo que se de muertes de mujeres y ya ni sé si creo en esa que dicen es la primera mujer que mata. ¿La primera?, yo no sé eso dicen...yo creo que no...¿yo creo?...mujertes...mu-jer-tes... Siguió mirando al abuelo como esperando la explicación de la frase, pero nunca llegó, el hombre seguía perdido en el cielo sin gracia que se extendía infinitamente sobre el trópico. El niño se tomó la mano izquierda y se rascó el dedo gordo del pie izquierdo. Miró su piel morena  y luego posó su mirada inquieta en una abeja que iba de un mango a otro y regresaba. Azuzaba a otras abejas y regresaba al mango anterior

--Las abejas son buenas Prudencio, les encanta lo dulce
--Pero a mi  apá le molesta que se metan a chuparle el pan, dice que luego la gente no lo quiere, además parecen como moscas así en bola
--Bueno, eso se soluciona muy simple
--Ajá, pús dirá austé como porque yo ya las he corrido y ni a madres se van
--No seas tonto niño, asi nomás te van a clavar la ponzoña
--Ya lo aprendí...
--¡Jaja!, mirá traéme un poco de azúcar en un tazón y algo de agua.

--Ahi tá, agua y azúcar...
--Ahora lo que tienes que hacer es, antes de poner el pan dejas esto en algún lugar,  para que  las abejas lo vean y ahi se metan a chupar, en lugar de andar rondando el pan...eso debe funcionar
--¿Debe?
--Debe...

Prudencio odiaba las abejas, pero quería mucho la voz dulce y los pechos alegres de la señorita que pasaba todos los días por la panadería y sólo de vez en cuando compraba una trenza o un gusano. Y cuando no, él se escondía entre los estantes a verla pasar, y mirarle los cabellos a veces trenzados y a veces libres, y los pechos siempre alegres y apretados entre las ropas...

Las abejas...las abejas...
El niño suspiró y comenzó a jugar con la tierra que tenía alrededor.

Adaptarme a ti



1jmr_Flickr
Somos seres adaptable dijo el profesor, y entonces me pregunté ¿Por qué aún no me adapto a tu ausencia?¿Por qué no me adapto a tus reproches y falta de querer? sera quizás porque te amo, o un juego de victima y victimario trato de conseguir haciéndome sino nadie, yo misma sufrir.

Somos seres adaptables y entonces me digo que  bien me pude haber adaptado a ti, o tal vez no; a lo mejor viviría entre aves marías y lamentaciones casi fingidas;  a lo mejor la predicción de los brujos resultaran verdaderas y ni un minuto a tu lado hubiese aguantado...

-Somos adaptables- volvió a repetir y entonces entendí que no tenía nada que ver con nosotros esto de la adaptabilidad social, que pretendía nuestra adaptación para escuchar la palabra "ADAPTABLE" una y otra vez, y no a las meras comparaciones tontas que mi cabeza empieza a suponer...

Y continúo en casa pensando en que no quiero más aquella forma de adaptación, adaptarme a sus palabras... quiero adaptarme a ti... a los deseos incomprendidos, a la falta de calor, adaptarme más bien a amarte sin verte más que en los sueños que se inventa mi cerebro, más que en la sopa cuando busco tu nombre y no lo encuentro, porque eventualmente solo traen A,B,D,E,Y,Z,X,W; pero quiero adaptarme a eso...

Adaptarme a que estés aquí, estés allá, y de repente se me olvida pensar que existo como existen los demás; no sé si tu te has quedado aquí o yo me ido hasta aquel lugar, tal vez ambos andemos distantes de nuestro cuerpo o sólo sea yo la ingenua soñadora que se pierde en el ayer, o la obstinada empedernida que se aferra a tu regreso, tal vez nunca lo comprenda y esté siempre igual que aquella mujer de la canción que antaño me daba risa, o probablemente un día termine por olvidarte, presa de una amnesia soportable, y en sueños te vea como uno más de mis galanes. Aunque irremediablemente sigues aquí en mi corazón, en mis pensamientos.


Adaptarme, adaptarme, adaptarme ¿Cómo? si hace menos de un tiempo te tenía aquí, aún distante pero cercano a mi, aún podía escuchar tu voz por el auricular y aunque frío, a diferencia de tus labios, me había ya adaptado a esa forma de tenerte para mi, de saberte mio sin imaginarte con nadie más; pero el tiempo del amor se esfumo en lastimeras ráfagas de tempestad, en una tarde gris, me fui yo de ti, nos alejamos o nos alejaron de los dos...


Y ahora aunque quisiéramos (quiero suponer que tú también), ya no podemos más que adaptarnos al juego de la vida.


 Comienzo a adaptarme a la espera de un futuro incierto, a esperarte aquí con el equipaje lista para partir...

martes, 14 de febrero de 2012

Vivir de utopías



Vivir de las utopías aunque tu ideología no esté en el poder, tú equipo de fútbol esté en el descenso y el amor de tu vida sea un imposible.

Cuánta soledad tengo de ti -Víctor Manuel-

sábado, 11 de febrero de 2012

Nuevas tintas.



Casi no hacemos post de este tipo y con el permiso de los demás escritores, me tomé la libertad de hacerlo.
HoyMéxico es un proyecto iniciado por @zorrotapatío también conocido como César Huerta, mi desconocido tocayo de Guadalajara.

Este año este proyecto cumple ya 4 años. A mi me encanta sacar cuentas y datos inútiles, y en estos cuatro años, han desfilado distintas tintas y voces por el blog, unas más que otras.
La cuestión es que para celebrar los cuatro años, andamos cazando nuevas tintas, entre otras sorpresas que venimos preparando.

Queremos que nuestros contenidos crezcan, que esto se vuelva más plural, más abierto, para tener una mayor diversidad y beneficiarnos todos.

Este post es entonces para invitarlos a ustedes a que si gustan unirse al blog, pueden tutearnos, perdón tuitearnos en @Xiumeteo y @zorrotapatio, o simplemente solicitar una de nuestras múltiples e infinitas vacantes que tenemos, aquí en los comentarios de alguna entrada.

El único requisito es que te guste escribir, si te gusta contar una historia, escribir un poema, o simplemente dar una opinión, una visión del México que habitamos, estas más que bienvenido. Igual es buena idea publicar al menos una vez a la semana, porque, después de todo del contenido es que se hace el blog, y sólo con más contenido podemos disfrutar todos de los distintos sabores y colores de las visiones particulares.

Y como siempre implícitamente, ¡Muchas gracias a todos los que nos han acompañado!, y tienen la paciencia de aguantar las malas letras de este grupo de malos escritores.

Vidas homólogas

AndreaDeinha| Flickr







"Hoy te vi dibujada en un pedazo de lágrima cayendo desde mi ojo y por mas que me limpiaba volvía a aparecer otra lágrima con tu mismo dibujo..."


Eso fue lo que él dijo encerrado en un abismo de confusión, los dedos de las manos entre los cabellos, esas lagrimas no dejaban de brotar, el recuerdo de ella no lo dejaba de lastimar y desde un sitio muy lejano yo no lo podía consolar. Me mordí los labios, yo sabía que el sufría, él sabía que yo le quería, y sin embargo nuestros destinos estaban tan distantes y tan iguales, ambos aferrados a las embarcaciones incorrectas, aquellas que han vendido ya todo su voletaje y en su interior no llevan cupo ni la suya para el, ni la mía para mi, pero ahí vamos, pendiendo de la cuerda de la esperanza, soñando con que quizás en algún momento se decidan a abrirnos un espacio, pero no uno de esos fríos y sin sentido, que lo que hacen es desatar unas ganas infinitas de echarse a la mar, sino de aquellos cálidos y coquetos, un lugar con propaganda, con derecho a poder aventar a todos los demás a las aguas heladas de un mar tenebroso y aniquilador.


Como me gusta perderme en la inocencia tierna de sus ojos y reírme al compás de esa risa soñadora quizás sea porque lo veo reflejado en mí, porque cada paso que da, es como uno que yo ya dí, y me siento a mirarle y me engaño con falsedades que se inventa la mente a manera de entretenimiento para dejar un poco de sufrir, ojala algún día él también se inventara historias para dejar de hacer caer esas lágrimas lloronas.

Ayer, yo vi caer mi corazón haciéndose pedazos al momento mismo de escuchar tu voz, dulce amor mio, y al mismo instante su lágrima caía con una imagen elocuente del amor de sus amores; hoy, yo te he borrado para siempre, mientras él y ella todavía se aman con la misma intensidad que lo hicimos tu y yo.

Hoy mientras hago esta comparación entre vidas homólogas, me he sentido triste, pues aunque trato no amarte y  digo no hacerlo como lo menciono antes, me es imposible.... 

Hoy como él estoy triste y quizás mañana pretenda ya no vivir, dar a mi vida el final tan lamentable, mientras en camino en un tren o algún vuelo una carta para ti, con la explicación de este sentimiento cruel; y envuelto en un pañuelo el anillo aquel, como posdata un beso en el aire inerte y muerto, un sueño retostado de recuerdos y la mentira de siempre, amarte hasta el final...

Mañana  quizás él se entere de mi final tan triste y devastador y se dé la oportunidad para no dejarse perder en los ojos tristes de ese amor imposible que  le ha hecho llorar, que sus lágrimas jamas vendrá a secar...


Carta Abierta a las Magas

La Maga por Madox_ en Flickr


Presente:

Primero que nada, debo agradecerle por tomarse el tiempo inútil de leer esta carta, seguramente usted ha visto miles de papeles pegados en postes de la ciudad, unos anunciando que viene el fin del mundo, el carnaval que ya esta próximo y algún cursillo de inglés de contenido dudoso. Entre esos miles de papeles que a diario ignora, de vez en cuando, al doblar una esquina, al asomarse furtivamente a tantear la llegada del camión de su ruta, o mientras conversa con un amigo o amiga, ignoró también, esta carta abierta que tan ingenuamente decidí dedicarle a usted.

No la culpo, es su naturaleza, es la naturaleza de las más de un cuarto de millón de mujeres o más, que transitan entre las calles de esta ciudad. Sin embargo, y debido a la proximidad de las fechas comerciales en que los amantes se entregan regalitos que no son de amor, ni lo representan, he decidido que es necesario darles un poco las gracias a ustedes, las Magas de esta ciudad.

Ciertamente, hay mucho que agradecerles, hay que agradecerles a unas la vida, a otras la educación, a unas más el coraje. Yo creo incluso que el mundo pequeño y sin mar en el que coexistimos tiene mucho más que agradecerles. Les debemos la poesía y lo sublime. Las ilusiones. Sobretodo, las ilusiones.

¿Qué sería de esta tierra árida y seca sin las ilusiones que siembran las miradas escondidas de ustedes?, ¿Qué lugar ocuparía lo original si no existiera la chispa que lo genera?. Hay que agradecerles la chispa del fuego interior que calienta, que apasiona y que conforta. Hay que agradecerles los arranques inexpresables, sus mundos incomprensibles, sus mentes eternamente extraviadas, a veces encontradas, a veces disparatadas. Su falta de lógica, su pudor y su sentimentalismo. Su frialdad, su regocijo en la manipulación y su arrepentimiento. Su "ya llegué" que significa "estoy saliendo", su "no" que hay que leer invertido, su "si" con condiciones, su silencio incondicional...corrijo, sepulcral. Hay que agradecerles el despecho, los eternos desentendidos.

Yo sé, ya ven que no lo ignoro, que el mundo, que todos nosotros "los otros" tenemos tanto que agradecerles, yo no puedo hablar por todos, ya ven que soy torpe. Pero, en particular, yo también quiero agradecerles algo específico.

Yo quiero agradecerles a esos ojos soñadores que me encuentro al doblar una esquina, al subir al camión, al bajar, al perderme en la ciudad para encontrarlos. Yo amo esas miradas perdidas, me gusta recogerlas como flores que se van cayendo, son pocas y raras, pero nos devuelven la esperanza, nos reavivan, nos reconfortan.
Quiero agradecerles la sonrisa nerviosa, limpia, maliciosa, cualquier tipo de sonrisa que se les escapa cuando descubren que estoy recolectando sus miradas, y se las devuelvo, o me la quitan... así pasa siempre.

El cabello revuelto, la mano que lo acomoda en la oreja, la brisa que las molesta, el pase de página debajo de algún árbol cualquiera en un lugar no convencional, en una hora no convenida. 

Ahí siempre están, dormidas, perdidas, encontradas, apartadas, liberales, solitarias, izquierdistas, Magas. Y no lo saben, ustedes no saben que son Magas perdidas en la ciudad, miles de ellas, un mar de ilusiones. Y nosotros no sabemos nunca cuando las vamos a encontrar, en la plaza, en el parque, al perderse en alguna calle, al existir...con ustedes, junto a ustedes, sin saberlo...gracias Magas.

viernes, 10 de febrero de 2012

¿Niño grande o adulto pequeño?



Berenice| Flickr



Cuantas veces hemos jugado a ser niños grandes y hemos tornado a la realidad, la misma insistente que nos advierte "eres un adulto pequeño".

Y así vamos por la vida con los pañales aún puestos, por que los pantalones nos rozan la entrepierna; los pensamientos pequeños de todos son los mismos, los que nos mantienen aferrados a la misma embarcación atiborrada de gente, habiendo pues otra libre, y con cupo ilimitado, pero nosotros los humanos somos tan obstinados, que no admitimos esperar, sino es esa que esta a punto de salir, aún cuando más adelante valla a naufragar y estemos en el punto de ahogarnos, pero somos niños grandes nadie nos puede detener, nadie nos puede hacer entender...y nadie lo hará.

Mentes tan pequeñas albergamos que nos estancamos en un sitio que no nos dará nunca la satisfacción que necesitamos y sin embargo nosotros deseamos, pobres de todos jugando a ser grandes, cuando todo apunta a que muy tarde o quizás nunca nos llegará la etapa para ser en realidad niños grandes y no adultos enfermos y prisioneros de una obsesión que nos lastima o que no nos hace caminar...




Y tu... ¿eres niño grande o adulto pequeño?

miércoles, 8 de febrero de 2012

Tanguito [Juan Gelman]


Yo
no
sé qué hacer
para que salgas de mí y por fin te vayas
al diablo al sufrimiento que
me crece por verte y por no verte y
no seas más que eso sufrimiento
en vez de ser temblor ser esperanza
silencio bajo el sol
otro sol además.


Juan Gelman

Recordando el ayer

Foto de enough| Flickr



El cigarrillo fue el detonante de este montón de recuerdos, una humareda me envolvió en el ayer, me situó en aquel momento, como si fuese este mismo instante, el mismo ambiente, y tú igual que siempre... cerré los ojos y  todo volvió...

Una guitarra española y un tango seductor dieron la pauta aquella noche para jugar al amor, jugar como siempre lo hacemos los humanos, de esa manera tan hipócritamente creíble cuando juramos algo que no sabemos si podrá pasar.

Esa noche sin pensarlo la imaginación voló y en un sitio que nadie conoce estuvimos los dos, amándonos sin censura, besándonos hasta el alma que no se ve, recorría el sentimiento los rincones más profundos de nuestros cuerpos al descubierto y el frío hacía necesitarnos más cerca que nunca; las buenas intenciones entonces se volvieron malas, y la mente perversa solamente planeaba un desenlace erótico, con un gemido intensamente apasionante, la lujuria hacia juego con las ganas de sentirnos amar y aunque el tiempo corría tan a prisa, nos dio para una batalla bien planeada, para hacernos el amor tan delicadamente como nunca se repitió jamás; era la primera vez que nos pertenecíamos, era la primera vez que jugábamos a seducirnos, y también la primera vez que nos engañamos; esa noche el hechizo de tu cuerpo hizo efecto en mi cerebro, pues hasta el sitio más recóndito de mis recuerdos guardan ese aroma a desesperación que siempre hubo en ti, y ese sabor dulce de tus labios, guarda aún el recuerdo de tu cuerpo, de tus manos acariciándome y de tu persona hablando de sueños infinitos, que nunca se concluirán. 

Y así como el recuerdo de esa noche se quedó en mi, también están grabados con fecha y hora cada una de las verdades que se volvieron mentiras justo en el momento de nuestra separación. 

El amor escudriña entre mis sentidos y sin embargo ya no me fió de ese estúpido engendro mentiroso y soñador.

martes, 7 de febrero de 2012

Realidades


Desde que él te robó de mi realidad,
mis días transcurren tan despacio
que me pierdo en el espacio y
me exilio en la cotidianidad.

Desde que el te robó de mi realidad,
la soledad hace más grande mi agonía,
tu ausencia pesa más que un autobús,
en el que vienes tú a mi memoria.

Desde que él te robó de mi realidad,
quisiera no sentirte y esfumarme,
quisiera no pensarte ni soñarte,
quisiera no despertar cuando ambos
somos dos.

domingo, 5 de febrero de 2012

Si poder pudiera


Quiero poder ser libre de ti,
no pensarte / no soñarte,
no quererte tanto,
no imaginarme con vos.

Quiero volar muy alto,
alcanzar tranquilidad,
pensarte como recuerdo,
no añorarte como ahora.

Quiero morir en silencio,
romper este corazón.

Si poder pudiera,
te diría lo que oculto,
dejaría de ser cobarde,
cambiaría 
por fin,
mi realidad.

César Huerta

Ojalá [Silvio Rodríguez]


Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin ti.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabe la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve,
ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de ti,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.

Silvio Rodríguez
(1969)

La noche que perdiste el miedo.

por HaniAmir via Flickr


El sonido del cuchillo cayendo estrepitosamente en el  suelo  inundó la habitación. Frío y filoso rebotó dos veces y quedó bañado en aquella sustancia. Los ojos fríos, el pensamiento convulso, las emociones...¿las emociones?. Diste dos pasos hacia atrás, lentos y torpes. Te tocaste con los pulgares los cuatro dedos restantes de cada mano, y al final dibujaste círculos sobre tus índices para percibir la sustancia aquella que goteaba de tus manos. Un temblor frío recorrió tu cuerpo...¿emociones,emociones?. Aspiraste el aire pesado de la habitación y volviste a sentir la esencia luminosa que desde arriba te bañaba. Tu corazón comenzó a acelerarse, los huesos  y los músculos se liberaron de la tensión que hacía unos minutos los había mantenido casi quietos, como temerosos de perturbar el aire que se encontraba a su alrededor. Tronó tu cuello mientras enfocabas tu vista hacia la plancha. No hubo terror y paradójicamente fue eso lo que te asustó. Contemplaste tu obra y te sentiste satisfecho, emocionado porque lo habías logrado, porque estaba consumado. Te sentiste profundamente vivo, quizás como nunca antes, pudiste distinguir en un segundo cada fibra y cada célula de la que estaba compuesta tu cuerpo, un concierto vigoroso de mugre, carne, y otros organismos. Toda tu humanidad se estremeció, se volvió consciente de si misma. La felicidad (¿felicidad?) te nació desde la boca del estómago, como mariposas, y se fue extendiendo hacia tus intestinos, recorrió tus piernas con un leve temblor y se montó en tu espina hasta erizarte los vellos de la nuca. Tus cabellos se electrizaron y las orejas se estiraron como queriendo escuchar lo que estaba más allá de esa habitación, de ese espacio. Escuchaste los grillos de la noche y el zumbar de los moscos, tomaste aquello y la suma de ti mismo explotó en tu boca con una sonrisa contenida que venía emergiendo en oleadas cada vez más fuertes. Incontenible, la felicidad te inundó desde tu espalda.. Feliz, quién sabe, pero sí profundamente satisfecho.

Aquella sustancia roja comenzaba a llegar en pequeña avanzada hacia tus botas y la observaste complacido, la miraste así como impropia,  como si no la conocieras. Sangre. Pero no tuya, sangre de su sangre. Sangre. Sangre del otro del que no eres tú. Sangre. Sangre del pobre diablo que había sido la peña que inició el despeñadero. El guijarro que quiebra la cantera. El pendejo que anuncia la pubertad y la  anticipa.

Tu dedo índice, húmedo, se hundió en tu boca y saboreaste el fruto de tu esfuerzo, el plan consumado que por semanas y semanas habías preparado, las múltiples horas de trazos que parecían llevar a callejones sin salida y que en suma representaban los planos de una catástrofe, no para ti sino para el otro. El otro, el que yacía sobre una plancha de metal con el corazón abierto por una herida de diez centímetros de largo,  con sangre manando en todas direcciones.  Sonreíste con más fuerza al contemplar sus ojos vacíos y esponjados, te recordaron a las canicas con las que jugabas de niño. 

Antes de esa noche tuviste miedo, te aterraban tus sueños, te urgían tus instintos debajo de tu bata. Pero esa noche estaban satisfechos. El ciclo morboso y corrupto de tu vida se había cumplido, habías sido realizado, a tu manera enferma de ser. Te supiste perdido para siempre y supiste aceptarte.

jueves, 2 de febrero de 2012

Cuando un amor se derrumba



Cuando un amor se derrumba
cae del cielo
o desde lo alto de un edificio,
nadie puede detenerlo.

Cuando un amor se derrumba,
los abrazos cuestan más,
los besos escasean,
las lagrimas se malgastan,
las palabras no consuelan.

Cuando un amor se derrumba
el espacio-tiempo se diluye,
el entorno se transforma,
 nuestros sueños caen al suelo.

Cuando un amor se derrumba,
ni tu vida mía puedes detenerlo.
en estos casos
la ley de gravedad es infalible,
y aun por mucho que te quiera,
 nada existe entre los dos.

César Huerta

Inolvidable

Foto adrocypher_Flickr


A veces quisiera saber si soy la invitada de honor en tus sueños o si me has invitado a hacer el amor sin que lo note; hay tantas cosas que quisiera yo entender y poco que logro comprender. Todo mi día se hace un ir y venir de ideas, inventándome historias en las que nunca has dejado de estar presente, cuentos de dos finales, el hermoso y bello que tomados de la mano una vez soñamos y el patético que nos ha tocado vivir.

¿Nuestro amor? ¿A dónde ha ido a parar ese sentimiento que nos envolvía en el ayer hasta dejarnos tirados mirándonos solamente las miradas? ¿Dónde estamos ahora? ¿A dónde queremos llegar?

Tantas preguntas, ninguna respuesta.

Pero te quiero, no eres fácil de olvidar en los besos de los demás; rozo sus labios y te imagino a ti mordiendo poco a poco y con delicadeza los míos, pero no eres tú, no es él... en realidad no es nadie, es otro más de mis galanes de cuento y telenovela, que en la oscuridad de un sueño gris, donde faltas tu para darle matiz, ha venido a consolarme, o más bien me lo he inventado para tratar de derrotar al demonio de tus recuerdos y sin embargo es como avivar las llamas de la hoguera; te sigo amando, de una forma extrañamente patética, así como si te odiara con amor, o si te recordara esperando el placer de la venganza y simplemente lo que quiero es volver a tenerte, entre mis brazos... o yo entre los tuyos, indudablemente siento necesitarte, como si fueras el aire de mi ambiente.

De nuevo estoy aquí donde me dejaste, planeando volver a encontrarte; de nuevo este sentimiento, te estoy extrañando y no sé ya si esto sea amor, o la pura obsesión, pero la sombra de tu cuerpo, tu aroma inconfundible y tu sabor a mango y a cerezas no se me ha olvidado, siguen aquí. Y es que sin lugar a dudas eres...

INOLVIDABLE

miércoles, 1 de febrero de 2012

De amores y creadores de boleros



Hace unos días desperté muy en la madrugada pensando en ti. Prendí la radio y un bolero cayó del cielo, describiendo bien mi situación. No cabe duda que eso del amor es una construcción social, pues no somos los primeros ni seremos los únicos en compartir los mismos sentimientos, cada quien a su modo y cada quien con su cada cual.

Es por eso que nos reflejamos en las experiencias de los demás, en obras que algunos compositores, cineastas, poetas o escritores tienen el privilegio de plasmar en una hoja de papel, filmar en una película o escribir en una canción. Esa sensación compartida es entregada por ellos y ellas para la posteridad, y eso, debe ser un verdadero regocijo para todos nosotros. 

Seguire Mi Viaje by Alvaro Carrillo/JOSE ANTONIO MENDEZ on Grooveshark

Audiolibro Recomendado del Mes

Compartimos el Libro: "De la dictadura a la Democracia" del autor Gene Sharp, en su formato audiolibro para nuestros estimados lectores. Un título imprescindible sobre los diferentes métodos que el autor propone para disolver dictaduras por medio de revoluciones pacíficas y acciones no-violentas. (son díez capítulos que se estarán subiendo hasta completar la carpeta):