La niña mira al personaje y asombrada le dice a su máma "Se me hace que tiene frio, eda" La madre le contesta "Cuál frio". La ciudad arde, está en llamas, el calor es insoportable pero la inocencia aparece. En la banqueta nadie percibe al vagabundo, solo los ojitos inocentes, observan el paso de los nadies que caminan en el mundo del desconsuelo.
Quizás este mundo no sería tan cruel si le brindara el calor necesario a sus hermanos. Pero les obsequiamos más calor y los echamos al fuego, apesar de una tarde calurosa.
Una sola mirada, diferentes visiones.
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