
-¿Cuántas veces te has muerto tú?
-Uhm -dijo la muchacha de la cola de caballo y negó con la
cabeza.
-Yo sí, muchas.
Ella repasó con su dedo índice las cicatrices que hacían
dibujitos en el pecho. Héctor le retiró suavemente la mano y
caminó desnudo hacia la ventana. Era una noche fría. Los delicados
con filtro estaban en el alero; acercó la llama del encendedor a uno
y miró los brillos verdes que los faroles arrancaban a los árboles.
Fragmento de la seríe Hector Belascoaran Shayne
Regreso a la misma ciudad y bajo la misma lluvia
Paco Ignacio Taibo II
Una sola mirada, diferentes visiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario