
NOVIEMBRE DEL 2007
La tarde caia lentamente, haciendo parecer que el sol se ahogaba en el inmenso mar, o tal vez, que se ocultaba de la noche escabullendose entre el palmar. A lo largo del malecon de Chiltepec, las personas caminan indiferentes, entablando conversaciones vespertinas, o platicando con sus familiares de lo que sucedio en la jornada de ese dia. Las nubes que antes presagiaban tormenta se alejaban dejando tras de si, una calma extraña que se fundia con la brisa que generaba un debil pero sensible enfriamiento de la tarde. A lo lejos, los pescadores regresaban de la mar, al tiempo que otros iban a probar suerte en la misma, el palmar, se extendia a manera de refugio para cualquier ave que deseara descansar.
Los niños jugaban, y observaban el eterno caminar de las aguas de aquel rio que pronto moriria en el mar, tal vez, para el poeta el ambiente estaba lleno de poesia, de inspiracion y de un sin fin de cosas mas, pero para su gente, para el pueblo, solo era un dia mas, frente a el Mar, frente al rio, solo era un dia mas que moria lentamente, en esa danza eterna entre el sol y la Tierra.
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