Imagen by Rux_Flickr |
Te encontré sin buscarte, no se como pero lo hice entre miles de millones de habitantes un día te vi entre la multitud, clavé mis ojos en ti, y ya no los he podido despegar; eso me olio a enamoramiento, si ese estado cruel en el que los seres humanos solemos caer, dicen algunos expertos que el sistema limbico es el culpable de esto y que sin embargo un buen día se pasa ese descontrolado estado de paz interior, de amor. y me he preguntado que esta pasando conmigo, porque a mi no se me termina de pasar, amor en la comida, amor en el libro, amor en mis camisetas, amor en los sueños, por todas partes amor...
Pero un día te me perdiste, entre tanta multitud te fuiste, y te seguí eso creo, y de repente te confundí con el tipo alto de los ojos verdes, pero obviamente sus ojos me aclararon la realidad, y te seguí buscando porque te desvaneciste de mi vista como lo hace el humo en los cielos, te me perdiste, como aquel grano de arena dorada que deje caer en la orilla del mar, como se pierde la gota de agua entre un océano sin final; escuchaba tu voz entre tanta gente no te pude visualizar, te me has perdido, no te tengo ya, y cuando tengo ganas de mirar unos ojos bellos, me da por tomar a la fuerza a Orión mi gato, pero desgraciadamente sus ojos son más vivarachos y su iris más verdes, bueno en realidad verdes y ya.
¿Donde estas?¿Donde te has metido? porque aunque trato de olvidarme de esa búsqueda insaciable, siempre me encuentro en ese mismo circulo vicioso de investigar tu paradero.
Vuelve pronto por favor, aunque sea como cruel dejavú, o como la realidad que anhelan mis sentidos, pero vuelve, para amarte igual que ayer, igual que siempre...
Igual que el día en el que te encontré.
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