Imagen by sir Sabbhat_Flicker |
Hoy conocí al ave blanca de mis sueños, esa que vuela por los cielos solitaria y meditabunda, con un millón de ideas metafísicas en su mente, con las ideas más sucias y la mente más abierta que ningún ser en existencia, hoy bese sus labios hasta desangrarlos, besé su cuello hasta llevarlo al éxtasis primordial que obliga a cualquiera a caer en la tentación de un acto irreversible de sexo y placer, pero sólo llego al placer porque sus sentimientos castos y puros simplemente hasta ahí se lo permitieron, es mi ave blanca, es mía, podría decir que fue mi suerte y sin embargo sé que fue más que eso, fue un alo de esperanza entre las nubes negras de mi abismo interminable, la conjunción de sus anhelos lo trajeron hasta mi, la cadena de deseos, lo dejaron expresarse, y fue mio, como nadie nunca lo había sido, fuimos uno en un beso interminable en un acto sin consumación sexual, en un acto de sentimientos bellos que se reverenciaron ante la calma de una oscuridad en silencio.
El ave blanca de los senderos negros se postro ante mi, le mire los ojos y entregue mis esperanzas a sus alas despreocupadas, le quería, me quería, nos queríamos y fue lo que basto esta noche para darle felicidad a mis días venideros.
En su ingenuidad es casi hombre, casi niño, casi el ser perfecto que esperaba desde hace tanto tiempo, desde que lo perdí a él y no hallaba la redención de mis pecados más absurdos.
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