Esa mañana después de tanto tiempo sin percibir esa sensación de humo en mis pulmones, me decidí de nuevo a entrar en mi carrera como fumadora de tiempos de escritura, tome mi pluma, una libreta, los fósforos y la cajetilla empolvada que guardaba en lo más profundo de mi armario, salí de casa decidida y segura, sabía que mas allá de una inspiración las ideas flotarían nuevamente a mi cabeza, que aquellas historias que tanto anhelaba tenían que llegar por acción de un viejo vicio.
Abrí bien los ojos, respiré profundamente y sorbí la primera bocanada de humo, esa que como que te atonta y te hace tambalear, todo empezó a tomar un nuevo rumbo, un nuevo sentido, las aves ya no cantaban por cantar, eran himnos de amor lo que yo escuchaba y los árboles no eran simples piezas móviles por el viento, eran seres bailando al cómpaz de la melodia del viento, las flores presentaban aromas que no habia alcanzado a sentir, y en ese instante todo era diferente, habían mil personajas que nunca antes habia observado como en esa mañana azul, de sol radiante.
Entonces hice pasar esa bocanada de humo a mis pulmones, lo sentí recorrer mi traquea y en la karina se quedo un momento perdido, después se dispuso a entrar recorrió todo el árbol bronquial y posteriormente se introdujo en lo más profundo de los alvéolos, mientras tanto yo escribía, todo las ideas que llegaron a mi mente en aquel instante, historias, cuentos, fantasías, dramas, novelas que se yo, pero estaba ahi tan sumergida en el ambiente de mi imaginación, escribiendo cada punto y cada coma, cien mil palabras, cuatrocientos paquetes de sonetos y mucho más, toda una vida y la de los demás, fantasías plasmadas en un papel, los sueños más sensatos y los más disparatados también entraron; y se siente que el alma descansa.
La exhalación es un poco más placentara es el climax del momento, el orgasmo más deseado, sale humo por tu boca y las narinas, humo infestado de todas aquellas agrias palabras que no pudieron ser escritas, aquellas que simplemente no tenían cabida, las cenizas simplemente fueron palabras que ni siquiera se acomodaron que no alcanzaron a llegar a formar parte de las fantasias que el cerebro receptó y de lo que ha quedado huella en un papel, y estoy libre, nuevamente lo soy, porque ya no hay un cumulo de sentimientos amontonados en mi alma y en mi cuerpo, ya quedaron bien guardados en mi caja de secretos, respira profunda e intensamente mi alma y mi espiritu, y nuevas ideas se volveran a guardar hasta que otro cigarrillo las llegue a sacar.
Y esperaré a que todo ser inhumano se desespere por decir hasta lo que no puede articular, pero yo más que nadie sabe quien soy en verdad, sé que por mis arterias corre sangre oxigenada y no el liquido venenoso que llevan los malvados, por el solo hecho de ser yo, a diferencia de aquellos inhumanos que no saben distinguir del amor y del buen arte, de la poesía y las palabras que de mi salen; pero no me preocupes que eso a nadie importa, lo interesante aquí fue la historia que entre un cigarrillo y el placer redacté.
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