Ni una gota de amor, ni un mililitro de pasión esa que antaño corría por cada una de nuestras arterías y llegaban a un afluente torrencial haciéndonos perder en la locura, ya no queda nada de eso, ni una pizca de palabras de esas que entibiaban la situación cuando me salía de control, no nos queda nada.
No nos queda nada, juntos no tenemos ni la cuarta parte de lo que ayer tenía; de mi no creo que te quede nada, sin embargo a mi de ti me quedaron un montón de recuerdos, las llagas causadas por tu ir y venir de sentimientos, me quedaron las huellas indelebles de tus manos sobre mi cuerpo y los besos tatuados en mi espalda que decir de ellos, me quedan los recuerdos de tus besos, me quedan los recuerdos de los juramentos, de las palabras que se hicieron polvo una noche triste y gris, una noche en la que llegamos a la conclusión de que tu yo no tenemos nada; quizás tu de mi no lo tengas pero no podemos negar que a mi de ti me queda mucho, a mi de ti me queda más que mucho un montón de mi todo, de ti me queda más que todo un poco más.
Pero esta noche hemos decidido no dejar ni un poco de esperanza, para que dejar los cabos sueltos si sabemos que nada dara resultados ya, el amor que nos unía se consumió por la desconfianza y la incertidumbre, los sentimientos tan poco sostenidos se fueron desvaneciendo al compás de mentiras furtivas que surgían a través de celos y juegos que hoy me tienen aquí ofreciendo mis más eternas disculpas, ofreciendo en cualquier momento un poco de eso que me queda de ti aunque a ti no te quede nada de mi, aunque juntos no tengamos nada de los dos; nos amamos pruebas suficientes hay, nos cansamos de esperar, quizas esa sea la respuesta más normal de esto que hoy nos separa, y sin embargo yo siempre he estado dispuesta a afrontar lo que venga siempre que tu estuvieras, no pudimos mantener un amor a distancia, no pudimos amarnos después de las circunstancias que pena, que lastima: en realidad ya no nos queda nada, al menos no nada que compartirnos, porque tus historias de amor me podrían lastimar, porque mis mentiras de dolor te podrían llegar a abrumar.
Yo no me cansé de esperar simplemente no podía estar sin ti, pero ya no nos queda nada, nada de eso que antes nos unía a los dos, y si lo hay quizás ya no sea de tu incumbencia, quizás hayas decidido dejar toda esa historia atrás y no me quejo.
P.D. No olvides que hasta el más enamorado corazón se cansa de estar en el olvido, de ser tratado como un puñado de basura que se pisotea cada vez que se antoja, cada vez que el ocio nos hace daño.
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