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¿Recuerdas las horas que pasábamos en aquella vieja silla del jardín?
Cuantas cosas escuchó, se ha guardado las promesas y no se ha tragado las mentiras, la vieja silla del jardín siempre cargó con los problemas que no eran más que nuestros; ¡pobrecilla de ella!
Aquella tarde cuando te levantaste enfurecido la golpeaste sin pensar todo lo que la has hecho cargar, y te fuiste, pude desde lejos ver tu silueta perderse entre el ocaso y la oscuridad; me contuve las ganas de salir corriendo tras de ti, y al contrario simplemente te mire alejarte, las lágrimas infalibles amigas salieron a mi encuentro mientras no sabía ya nada más para hacer. Me contuve un breve instante y entonces tomé la magnifica idea de partir yo también.
Esa tarde la vieja silla se quedó vacía, sin ti sin mi, pero con nuestras almas vagando por ahí, con los espíritus de nosotros que aún pretenden amarse, aunque nuestros cuerpos y las mentes digan que no.
Hoy de nuevo estoy aquí tratando de recuperar el espíritu para poder dejar entonces la silla completamente vacía, para poder olvidarme de tí, para callar el alma y dejarte de soñar...
Ya no me importa nada...
que se quede tu alma sin la mía, que se quede mi cuerpo sin espías... ¡Que se quede la silla vacía!
1 comentario:
Es cierto, hay que seguir adelante con nuestras vidas, sin importar las personas que nos han avandonado, debes seguir nuestra lucha diaria solo con las coasa y las personas buenas de nuestra vida. Adelante ;)
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