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Somos seres adaptables y entonces me digo que bien me pude haber adaptado a ti, o tal vez no; a lo mejor viviría entre aves marías y lamentaciones casi fingidas; a lo mejor la predicción de los brujos resultaran verdaderas y ni un minuto a tu lado hubiese aguantado...
-Somos adaptables- volvió a repetir y entonces entendí que no tenía nada que ver con nosotros esto de la adaptabilidad social, que pretendía nuestra adaptación para escuchar la palabra "ADAPTABLE" una y otra vez, y no a las meras comparaciones tontas que mi cabeza empieza a suponer...
Y continúo en casa pensando en que no quiero más aquella forma de adaptación, adaptarme a sus palabras... quiero adaptarme a ti... a los deseos incomprendidos, a la falta de calor, adaptarme más bien a amarte sin verte más que en los sueños que se inventa mi cerebro, más que en la sopa cuando busco tu nombre y no lo encuentro, porque eventualmente solo traen A,B,D,E,Y,Z,X,W; pero quiero adaptarme a eso...
Adaptarme a que estés aquí, estés allá, y de repente se me olvida pensar que existo como existen los demás; no sé si tu te has quedado aquí o yo me ido hasta aquel lugar, tal vez ambos andemos distantes de nuestro cuerpo o sólo sea yo la ingenua soñadora que se pierde en el ayer, o la obstinada empedernida que se aferra a tu regreso, tal vez nunca lo comprenda y esté siempre igual que aquella mujer de la canción que antaño me daba risa, o probablemente un día termine por olvidarte, presa de una amnesia soportable, y en sueños te vea como uno más de mis galanes. Aunque irremediablemente sigues aquí en mi corazón, en mis pensamientos.
Adaptarme, adaptarme, adaptarme ¿Cómo? si hace menos de un tiempo te tenía aquí, aún distante pero cercano a mi, aún podía escuchar tu voz por el auricular y aunque frío, a diferencia de tus labios, me había ya adaptado a esa forma de tenerte para mi, de saberte mio sin imaginarte con nadie más; pero el tiempo del amor se esfumo en lastimeras ráfagas de tempestad, en una tarde gris, me fui yo de ti, nos alejamos o nos alejaron de los dos...
Y ahora aunque quisiéramos (quiero suponer que tú también), ya no podemos más que adaptarnos al juego de la vida.
Comienzo a adaptarme a la espera de un futuro incierto, a esperarte aquí con el equipaje lista para partir...
Adaptarme, adaptarme, adaptarme ¿Cómo? si hace menos de un tiempo te tenía aquí, aún distante pero cercano a mi, aún podía escuchar tu voz por el auricular y aunque frío, a diferencia de tus labios, me había ya adaptado a esa forma de tenerte para mi, de saberte mio sin imaginarte con nadie más; pero el tiempo del amor se esfumo en lastimeras ráfagas de tempestad, en una tarde gris, me fui yo de ti, nos alejamos o nos alejaron de los dos...
Y ahora aunque quisiéramos (quiero suponer que tú también), ya no podemos más que adaptarnos al juego de la vida.
Comienzo a adaptarme a la espera de un futuro incierto, a esperarte aquí con el equipaje lista para partir...
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