La Maga por Madox_ en Flickr |
Presente:
Primero que nada, debo agradecerle por tomarse el tiempo inútil de leer esta carta, seguramente usted ha visto miles de papeles pegados en postes de la ciudad, unos anunciando que viene el fin del mundo, el carnaval que ya esta próximo y algún cursillo de inglés de contenido dudoso. Entre esos miles de papeles que a diario ignora, de vez en cuando, al doblar una esquina, al asomarse furtivamente a tantear la llegada del camión de su ruta, o mientras conversa con un amigo o amiga, ignoró también, esta carta abierta que tan ingenuamente decidí dedicarle a usted.
No la culpo, es su naturaleza, es la naturaleza de las más de un cuarto de millón de mujeres o más, que transitan entre las calles de esta ciudad. Sin embargo, y debido a la proximidad de las fechas comerciales en que los amantes se entregan regalitos que no son de amor, ni lo representan, he decidido que es necesario darles un poco las gracias a ustedes, las Magas de esta ciudad.
Ciertamente, hay mucho que agradecerles, hay que agradecerles a unas la vida, a otras la educación, a unas más el coraje. Yo creo incluso que el mundo pequeño y sin mar en el que coexistimos tiene mucho más que agradecerles. Les debemos la poesía y lo sublime. Las ilusiones. Sobretodo, las ilusiones.
¿Qué sería de esta tierra árida y seca sin las ilusiones que siembran las miradas escondidas de ustedes?, ¿Qué lugar ocuparía lo original si no existiera la chispa que lo genera?. Hay que agradecerles la chispa del fuego interior que calienta, que apasiona y que conforta. Hay que agradecerles los arranques inexpresables, sus mundos incomprensibles, sus mentes eternamente extraviadas, a veces encontradas, a veces disparatadas. Su falta de lógica, su pudor y su sentimentalismo. Su frialdad, su regocijo en la manipulación y su arrepentimiento. Su "ya llegué" que significa "estoy saliendo", su "no" que hay que leer invertido, su "si" con condiciones, su silencio incondicional...corrijo, sepulcral. Hay que agradecerles el despecho, los eternos desentendidos.
Yo sé, ya ven que no lo ignoro, que el mundo, que todos nosotros "los otros" tenemos tanto que agradecerles, yo no puedo hablar por todos, ya ven que soy torpe. Pero, en particular, yo también quiero agradecerles algo específico.
Yo quiero agradecerles a esos ojos soñadores que me encuentro al doblar una esquina, al subir al camión, al bajar, al perderme en la ciudad para encontrarlos. Yo amo esas miradas perdidas, me gusta recogerlas como flores que se van cayendo, son pocas y raras, pero nos devuelven la esperanza, nos reavivan, nos reconfortan.
Quiero agradecerles la sonrisa nerviosa, limpia, maliciosa, cualquier tipo de sonrisa que se les escapa cuando descubren que estoy recolectando sus miradas, y se las devuelvo, o me la quitan... así pasa siempre.
El cabello revuelto, la mano que lo acomoda en la oreja, la brisa que las molesta, el pase de página debajo de algún árbol cualquiera en un lugar no convencional, en una hora no convenida.
Ahí siempre están, dormidas, perdidas, encontradas, apartadas, liberales, solitarias, izquierdistas, Magas. Y no lo saben, ustedes no saben que son Magas perdidas en la ciudad, miles de ellas, un mar de ilusiones. Y nosotros no sabemos nunca cuando las vamos a encontrar, en la plaza, en el parque, al perderse en alguna calle, al existir...con ustedes, junto a ustedes, sin saberlo...gracias Magas.
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