El muchacho de 8 a 10

Las luces de la ciudad se encontraban lejos y aisladas, parecian estrellas muy brillantes mientras se reflejaban sobre el rio, yo caminaba con una interesante compañera, y platicaba divagando de los azares del destino, a la vuelta de la curva se encontraba mirando cabizabaja, mi novia Soledad; la mire y no me importo mientras me sentaba bajo la sombra de las estrellas, bajo el fulgor de algunas luces, y bajo aquella tranquila noche...
Los temas no tenian importancia, y de pronto un joven pasaba por detras de nosotros en una lenta caminata nocturna, quizas hacia algun sitio, llevaba las manos en las bolsas de los pantalones y miraba cabizbajo como un pie se adelantaba a otro, en un ritmo casi hipnotico.
Soledad, quizas en un ataque de impaciencia de rabia o hasta de celos tomo al muchacho del brazo y lo acompañaba silenciosa, susurrandole desdichas al oido, o tal vez poesias sabrosas....el muchacho de 8 a 10 dije en voz apenas audible...
MI compañera no hizo mucho caso, tal vez me ignoro, yo que se, pero empece a enebrar palabras quizas d euna vida pasada o reciente, de amores que no se olvidan, de noches indecentes.
El muchacho de 8 a 10 dije, es aquel que aparece como un cristiano a la misa que se celebra diariamente en algun lugar algun sitio, en la casa, habitacion o apartamento de la novia de turno. Llega y toca a la puerta, a la par que sale la susodicha con una faz sonriente...y ambos salen a vagar por la noche dejando tras de si un caldo de mentiras, un aceite derramado que presagia su futuro, el futuro, y el presente.
Camina placidos quizas, ella miente, y el le miente, el aparecio a las 8, ella se pierde fugazmente. Caminan y la gente murmura, ¿que dice la gente?, historias, lugares, chismes y otra dosis de mentiras, y las mentiras embriagan la noche, noche sin estrellas, noche con lunas.
El sueño siempre es puntual 2 horas, 120 minutos, no mas, quizas un fugaz encuentro a deshoras no acordadas, una sonrisa, algun beso, no mas, 120 minutos es el acuerdo no escrito, aquel que el novio debe respetar cual padre sus juramente y perjurios. Porque si no lo respetara, la red de mentiras se derrumbaria sobre si misma, colapsaria, la verdad saldria a la luz escapando por algun sitio de la noche, de la tarde o hasta del dia. Porque aun en el dia el no ve la luz, no es ciego, no es tonto, pero lleva en los ojos la venda acordada, otra senda mentira!.
Caminan ambos tomados de la mano, 120 minutos y un helado napolitano, caminan ambos contando experiencias, y a veces cantando, mientras fugaces observan sus relojes de mano.
Las gentes murmuran, contando mentiras, mentiras muy buenas, mentiras muy malas, y otras tantas mentiras que aparecen en la mesa, mentiras y mentiras todo es la gran mentira, pero que hermosa mentira, que bella, que tranquila.
Pasan los minutos y pasan las horas, la licencia del muchacho se ha terminado, en su hogar ya la deja y ella gozando va gritando al viento, que vengan otras manos!

Una sola mirada, diferentes visiones.