Souls meet body by sharmili r vía Flickr |
Mirada clavada en el suelo, perdido, totalmente extraviado de la continuidad del mundo y ella estaba a mi lado, sin estarlo, me veía, pero yo no a ella, quizás esperaba que reaccionara pero yo no reaccionaba, mi mente era una humareda profunda y oscura, un torbellino de ideas, de fantasías y de recuerdos, como alguien que no comprende que las manzanas caen del manzano, es evidente, claro, pero no comprendía.
Intentó tocarme el brazo, como medida de consuelo, pero no es algo que acostumbre a hacer, no la culpo, aunque bien me hubiese encantado un abrazo porque muy en el fondo realmente lo deseaba, soy un animal de costumbres, y tosco para expresar los sentimientos míos o de alguien, a veces incluso para entenderlos, no es fácil para mí,y al ser ella en alguna forma similar a mí, entendía perfectamente que el contacto humano fuese una absurdez, algo demasiado alejado de nuestras conciencias como para ejecutarlo, o si quiera saber el momento en el cuál ejecutarlo.
Suspiré y alcé la vista, ella aún estaba ahí, mirándome, hablamos un poco y lanzó una pregunta que aún no he podido responder, de esas tonterías que la gente común responde a la primera y como si fuera cualquier cosa, "¿te sientes bien contigo mismo?", sonreí ante lo tonto que me parecía la cuestión y luego me detuve a pensar, es cierto, no me sentía mal respecto a como soy, pero no diría que estaba bien, luego me pidió que recordara cuando yo me había sentido bien, y enmudecí dos veces, me quedé absorto, me volví a sumir en un torbellino mientras reclutaba teorías al azar para explicarme mi estado tan incierto...
...Éramos dos personas mirándose hacia al alma por escaso tiempo para intentar ayudarse mutuamente, a entender la fatalidad de la vida, su sinsentido, su incoherencia, la bipolaridad de las personas, y lo superficial de lo cotidiano, para asomarse a lo profundo del abismo y mirar la oscuridad, los monstruos que se albergan ahí, donde los demás voltean la cara, dos monstruos conociéndose, a medias, pero conociéndose al fin lo suficiente para estrecharse la mano...
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