Cada que te miro, no puedo despegar mis ojos de tí. Es la primera vez que escribo esto, y no me ánimo a hacerlo. Las palabras se pierden en la deriva de los sueños. Mis dedos se vuelven cobardes al querer escribir. No soy muy bueno a la hora de decirte las palabras adecuadas, y sí no lo haz notado, en ese momento que estoy frente a tí: dudo, pienso, me sudan las manos, mis labios tartamudean, mi cuerpo entero se tambalea.
Y entonces escucho al artífice de las mejores canciones, esas que te hacen vibrar, esas que te hacen cantar, que hacen brillar cada vez más tus lindos ojos, produciendo más latidos en tu corazón y en el de los enamorados que vagan en las noches por las plazas públicas de la ciudad...
Andres Calamaro -
Una sola mirada, diferentes visiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario