Hoy los sueños se han desbaratado entre tanto que dice mi nada envuelta en un paquete de mi todo, quise quedarme en silencio cuando hablar más no pude, y ¿que fue lo que obtuve? un cumulo de sonidos divagando por el aire, sonidos que se cuelan por mi aparato auditivo, que se siente en cada centímetro de mi piel, que va y viene, me deja caer en un tormentoso vaso con agua, se derrama paulatinamente y poco a poco, gotea entre mis senos, resbala hasta la entrepierna donde se pierde en la casa de mis deseos, y los sonidos no han parado de escucharme, ya no soy yo, son ellos, los que me escuchan, los que me miran, los que flotan en mi mente, no soy yo, nunca lo fui, siempre creí poseerlos, pero la realidad es que ellos siempre me tuvieron; ¿donde estoy?¿cuál es la misión? sinceramente nunca tuve deseos de saberlo, las experiencias dicen un poco de lo que poseo pero en realidad es tan minuciosa esa información que mi mente se atormenta, mis ideas se acongojan, mi persona se queda estática para entender los gritos que corrompen mi interior, la miseria que guarda el esplendor de una belleza intermitente que entre oscuro y feo se hace más deseable, se hace más inerte.
Sus labios besaron los míos, sus labios estrepitosos rogándole al olvido un poco de dolor, un poco de la nada que había escondido entre lo más profundo de mi ser, si saber si soy o no soy, la respuesta se produjo de manera inmediata, dos almas en medio de la oscuridad fungiendo como jueces la nada envuelta se desempaqueta, tal como una caja sorpresa que deja salir su todo en un monto inimaginable.
Todo ha pasado, o nada a pasado la vida misma se vuelve a enmarañar entre polvo y cabellos enredados de una musa sin igual con cuerpo de diosa, mujer tan misteriosa que reclama vida eterna entre una muerte que al final de todo no es nada, que al final de la nada entre un punto suspensivo que tiende al infinito se conjuga en el todo de la nada, enredados en mis palabras tal vez nunca nadie diga nada, tal vez nunca nadie logre entender lo que se plasma hoy en esta hoja de papel, lo que la tinta ha dejado caer, ha escrito sin saber. Y vuelve todo a su estado natural, el silencio que revela todo pero que no dice nada, el espacio, el tiempo, la noche, sin embargo el día ha llegado ya, la luz misteriosa de un rayo repentino que lastima y quema mi piel, me ha cegado, y me dice, "Yo soy nada" y si es la nada entonces es ese rayo de luz mi todo y la noche se convierte en una mustia que cuchichea palabras de horror en los oídos.
Quedemos estáticos, detengamos el tiempo y busquemos un silencio estremecedor en este cacho de vida que alguna vez se habrá de enredar en la muerte y volverá al ciclo de la nada, que lo es todo.
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