Recogí mi diario de ayer domingo por la mañana y descubrí que la sección de la revista hizo su sección anual del obituario, "La vida que vivieron".
Yo esperaba encontrar a Howard Zinn allí, uno de los intelectuales más elevados de izquierda en América de los últimos 50 años. Pero él no estaba a la vista.
Los editores se las arreglaron para encontrar un espacio para saludar a Prescott Sheldon Bush, Jr., hermano de George el primero.
Ellos se las arreglaron para encontrar un espacio para saludar a Dodge Morgan, que dio la vuelta al mundo en 150 días.
Y concedían seis páginas sobre George Steinbrenner!
Pero ni una palabra para Howard Zinn.
Para su crédito, la revista hizo un perfil de la teóloga feminista Mary Daly y el gran poeta Lucille Clifton.
Pero no Howard Zinn.
La omisión fue indignante, así como la aleatoriedad de las selecciones.
Donald Lukens, un oscuro derecha republicana, estaba allí.
Pero no Howard Zinn.
Ruth Kligman, amante de Jackson Pollock, estaba allí.
Pero no Howard Zinn.
Joan Hinton, quien trabajó en el Proyecto Manhattan y luego se convirtió en un maoísta, estaba allí.
Pero no Howard Zinn.
En su introducción insignificante, los editores defendieron sus opciones llamándolos "un collage idiosincrásico de historias sobre la gente que murió el año pasado"... Nos gusta pensar en esta publicación menos como un surtido de obituarios que como una colección de las narrativas que celebran vidas.
¿Pero cuáles vidas para celebrar? Esa es la cuestión. Usted puede escribir un relato de celebración sobre alguien.
La revista Times, ni siquiera debería preocuparse por "La vida que vivieron", que es un orgullo, de todos modos, y un golpe contra todas las personas anónimas que mueren cada año. Los que por cierto, fueron celebrados por Howard Zinn.
Matthew Rothschild
The Progressive, 27 de Diciembre del 2010
Traducción: Mirando al México de hoy
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