Debí cerrar la puerta
y abrir el cielo:
me quedé de pie
mirando el viento
el verso inexistente
que dejaste con tu mirada
y tu partida
dos minutos después
dio luz la noche
los autos encendieron sus faros
y continué mi camino
llevándote
sosteniéndote
dejándote conmigo
la calle con esquina
la esquina con banqueta:
el ruido
proseguí
no sé a ciencia exacta
hasta dónde llegué
mis ojos entornados
miraban nada
un perro, rostros, silencio
detuve mis piernas:
prendí un cigarrillo
y el humo
tuvo el sabor
del extrañar.
Una sola mirada, diferentes visiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario