La ceiba sobre el cauce se dobla bondadosa
quebrando la afonía de la áfona llanura.
Con su voz de matrona, la ceiba caprichosa
tiene el ramaje loco de una rara locura.
Ella entraña el recuerdo recóndito y fragante,
de una princesa india de pupila moruna,
que sumergió en el río su cuerpo palpitante
bajo la anemia crónica de la pálida luna.
Ella ofrenda su sombra tutelar al viajero
nostálgico de calma; el ruiseñor parlero,
entona entre sus ramas fervientes sonatinas;
la ceiba es una madre, que sobre el río largo
expande su paraguas enorme; y sin embargo,
la ceiba tiene el tronco pletórico de espinas.
quebrando la afonía de la áfona llanura.
Con su voz de matrona, la ceiba caprichosa
tiene el ramaje loco de una rara locura.
Ella entraña el recuerdo recóndito y fragante,
de una princesa india de pupila moruna,
que sumergió en el río su cuerpo palpitante
bajo la anemia crónica de la pálida luna.
Ella ofrenda su sombra tutelar al viajero
nostálgico de calma; el ruiseñor parlero,
entona entre sus ramas fervientes sonatinas;
la ceiba es una madre, que sobre el río largo
expande su paraguas enorme; y sin embargo,
la ceiba tiene el tronco pletórico de espinas.
MORALEJA DE LA IMAGEN.
Considerada por los mayas como la dadora de vida, la ceiba hoy se debate entre la vida y la muerte, cada dia sus milenarias raices caen sin aliento, debido al mal corazon del hombre. Tal vez no falte mucho, para que la ceiba, se convierta en un fantasma que recorra las sabanas, antes selvas, de nuestro Mexico.
Considerada por los mayas como la dadora de vida, la ceiba hoy se debate entre la vida y la muerte, cada dia sus milenarias raices caen sin aliento, debido al mal corazon del hombre. Tal vez no falte mucho, para que la ceiba, se convierta en un fantasma que recorra las sabanas, antes selvas, de nuestro Mexico.
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