Cesar Huerta
Fotos: Alejandra Hidalgo
Extensión Medios
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Hace un año exactamente Miguel Ángel López Rocha dejo de existir debido al arsénico que corría por sus venas. El pequeño nunca imagino que caer al río santiago sería su triste final. Las autoridades incumplieron con lo prometido, jugaron y le dieron vuelta al asunto, juzgaron a los padres y poco a poco se fueron por la disyuntiva hasta agotar el caso. Intentaron borrar la muerte de un niño de 8 años que para su mala fortuna se encontró de cara a uno de los ríos más contaminados del país.
Desde la azucena el fraccionamiento donde habitaba Miguelito y que cambia de nombre continuamente, antes llamado "Bonito Jalisco" hoy con bombo y platillo nombrado Los Tréboles por las casas nuevas en venta a unos 200 metros del río santiago. Salieron a manifestar su inconformidad los padres y vecinos de Miguel Ángel acompañados por las diferentes organizaciones sociales que acudieron al llamado de justicia por las calles del centro de Guadalajara, pues han pasado 365 días y no se ha resuelto nada. Y mientras la rabia e impotencia se manifiestan en palacio de gobierno y el congreso del estado, el gobernador Emilio González Márquez se encuentra en una "junta" con los del dinero, con los empresarios, a los que sí puede atender y escuchar.
Una sola mirada, diferentes visiones.
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