En el fútbol todos esperamos con ansias las batallas finales, las batallas dónde los contrincantes demuestran su gallardía, su amor por el fútbol. Y de repente suceden cosas que no se olvidan del todo. Cuándo vez a tu equipo perder por tres goles en el primer tiempo piensas que todo esta perdido, que no se puede hacer nada más. Pero la suerte, la compañera fortuna y el talento hacen su aparición, el rival festeja, se emociona, deja el buen futbol atrás.
En el segundo tiempo despues de una charla emotiva con el tecnico, los jugadores salen fortalecidos, a pesar de todas las circunstancias, a pesar de tener solo 10 hombres en el terreno de juego, los heroés de los niños de cinco años, los que llevan la pelota de miles de fanaticos, estan ahí, para demostrar que en el fútbol todo puede pasar. Los rojinegros vuelan junto al balón, la gente de muchos colores que se encuentra en el estadio se emociona, se levanta de sus lugares, la butaca vibra, desde las televisiones en todo el país sucede lo inesperado, Atlas se da toques de alegria, poco a poco se encuentra con el gol, y comienza el festival de los goles, la diferencia se reduce y el balón aunque parezca increible entra a la red contraria en tercera ocasión.
Nadie lo puede creer, los comentaristas del partido balbucean, los penales están cerca, los aguerridos que habían perdido la batalla, de nueva cuenta esperan tomar el balón para dirigirse a una porteria y enfrentarse aunque parezca increible una vez más con el destino. Y van uno por uno, los primeros fallán, los segundos no. Sigue la ronda, fum, paz, goooollll, fum, paz, la fallooooo. Las emociones están presentes, los corazones latén a su más alto nivel. Los porteros detienen el balón, tiran los penales, son los protagonitas del partido. Y despues de más de 20 penales llega la hora final: la decisión de mantenerse con la aspiración o despedirse del partido.
Así como llegarón a los penales, terminó el sueño libertador. Pero Atlas se marchó del interliga con la esperanza de seguir mostrando buen fútbol, ese toque que le ha caracterizado durante toda su trayectoria, que ha hecho que lo sigan miles de seguidores y que impresiona a chicos y grandes...
Así como llegarón a los penales, terminó el sueño libertador. Pero Atlas se marchó del interliga con la esperanza de seguir mostrando buen fútbol, ese toque que le ha caracterizado durante toda su trayectoria, que ha hecho que lo sigan miles de seguidores y que impresiona a chicos y grandes...
Una sola mirada, diferentes visiones.
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