Y pasó lo que tenía que suceder. Yo no lo pude evitar. Era
algo que se acercaba, que me venía persiguiendo, que me inquietaba y acechaba, aunque yo intentara escapar mil veces de tí. Y la canción volvió a sonar el día de ayer, y entonces me dí cuenta de que
los planes salieron como nunca los quise pensar: mal. Pero siempre lo supe desde un principio y aún así preferí el arte de tu engaño, tú terrible seducción.
Aunque debo decir que el culpable de todo soy yo. La telaraña me atrapó y no me pude mover, quedé paralizado, ni siquiera reaccioné. Mi mente viró hacia otro lado, se esfumó en la nada. O más bien un Déjá vu y una canción me lo advirtieron la noche anterior, pues en realidad tu y yo nunca nos pertenecimos. Y eso fue lo que sentí ayer y hoy la canción vuelve a sonar una y otra vez.
Los Bunkers - Una sola mirada, diferentes visiones.
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