Me acaricias por un instante te siento mía, tu piel roza con mi cuerpo, eres alguien especial. No se que significan esas miradas, esas caricias, tu no eres mía y hoy estas aquí, a mi lado sin despegarte de mí. Estamos aquí. Al borde de la cama, sentados, escuchando una canción de Calamaro. Que sucede, porque no dices nada, porque ese lapso de silencio, de calma. Te noto diferente, las miradas han cambiado de parecer. Volteas hacia todos lados, estas aquí, te siento, te acaricio, tu piel roza con mi cuerpo, ¿estamos juntos? No lo creo. Esto es una ilusión, un sueño nunca hecho realidad. No puedo contigo, como podría estar a tu lado, es extraño, no nos movemos, tu piel roza con mi cuerpo.
No me quiero ir, no quiero que el tiempo transcurra, no creo que pasen los minutos, ¿acaso habrá otra teoría de la relatividad? Yo quiero una, que diga, que exprese: que tú y yo no nos moveremos de aquí. No nos marcharemos del borde de esta cama donde tu piel roza con mi cuerpo.
¿Acaso nos marcharemos algún día? No quisiera irme nunca de aquí, a pesar de estar al borde de la cama. Tu piel roza con mi cuerpo. Inmóviles, seguimos en la misma posición de siempre, no hacemos nada más que estar al borde de esa cama, mirándonos de vez en cuando, pensando en el hecho de que no somos reales, nos vemos a diario, somos dos amantes de los sueños, y hoy esta noche, tu me soñaste, yo te soñé, los dos soñamos estar juntos y juntos estamos. al borde de esta cama donde tu piel, roza con mi cuerpo.
Cesar Huerta
Una sola mirada, diferentes visiones.
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