lunes, 28 de febrero de 2011

Hay veces...


Hay veces que los duelos aparecen y nos pegan. Hay veces que bajar la mirada y ser pesimista se vuelve una necesidad. Hay veces en las que pensé que nos teníamos y me perdí en tí y en mí. Hay veces para amar y querer, pero también hay veces para lamentarse y dolerse, dolerse de sí mismo y de lo que nunca fue.

miércoles, 23 de febrero de 2011

La independencia es otro nombre de la dignidad [Eduardo Galeano]


Quiero dedicar este homenaje a la memoria viva de dos Carlos: Carlos Lenkersdorf y Carlos Monsiváis, amigos muy queridos que ya no están, pero siguen estando.

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Y empiezo por decir gracias: Gracias, Marcelo, por este regalo, esta alegría. Te digo gracias en nombre propio y también en nombre de los muchos sureños que jamás olvidarán su gratitud a México, el país de su exilio, refugio de perseguidos en los años de mugre y miedo de nuestras dictaduras militares.

Y quiero subrayar que México merece, por eso y por muchos otros motivos, toda nuestra solidaridad, ahora que esta tierra entrañable está siendo víctima de la hipocresía del narcosistema universal, donde unos ponen la nariz y otros ponen los muertos, y unos declaran la guerra y otros reciben los tiros.

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Este acto generoso me honra por venir de quien viene. La ciudad de México está a la vanguardia en la lucha por los derechos humanos, en un amplio abanico que va desde la diversidad sexual hasta el derecho a respirar, que ya parecía perdido.

Y mucho me honra recibir esta ofrenda, porque mucho tiene de desafío: en nuestros países la independencia plena es todavía, en gran medida, una tarea por hacer, que nos convoca cada día.

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En la ciudad de Quito, al día siguiente de la independencia, una mano anónima escribió en una pared: Último día del despotismo y primero de lo mismo.

Y en Bogotá, poco después, Antonio Nariño advertía que el alzamiento patriótico se estaba convirtiendo en baile de máscaras, y que la independencia estaba en manos de caballeros de mucho almidón y mucho botón, y escribía: Hemos mudado de amos.

Y el chileno Santiago Arcos comprobaba, desde la cárcel:

–Los pobres han gozado de la gloriosa independencia tanto como los caballos que en Chacabuco y Maipú cargaron contra las tropas del rey.

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Todas nuestras naciones nacieron mentidas. La independencia renegó de quienes, peleando por ella, se habían jugado la vida; y las mujeres, los analfabetos, los pobres, los indios y los negros no fueron invitados a la fiesta. Aconsejo echar un vistazo a nuestras primeras Constituciones, que dieron prestigio legal a esa mutilación. Las Cartas Magnas otorgaron el derecho de ciudadanía a los pocos que podían comprarlo. Los demás, y las demás, siguieron siendo invisibles.

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Simón Rodríguez tenía fama de loco, y así lo llamaban: El loco. Decía locuras, como éstas:

–Somos independientes, pero no somos libres. La sabiduría de Europa y la prosperidad de los Estados Unidos son, en nuestra América, dos enemigos de la libertad de pensar. Nuestra América no debe imitar servilmente, sino ser original.

Y también:

–Enseñemos a los niños a ser preguntones, para que se acostumbren a obedecer a la razón: no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre como los estúpidos. Al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene, cualquiera lo compra.

Don Simón decía locuras, y hacía locuras. Allá por mil ochocientos veinte y pico, sus escuelas mezclaban a los niños y a las niñas, a los pobres y a los ricos, a los indios y a los blancos, y también unían la cabeza y las manos, porque enseñaban a leer y a sumar, y también a trabajar la madera y la tierra. En sus aulas no se escuchaban los latines de sacristía y se desafiaba la tradición del desprecio por el trabajo manual. Poco duró la experiencia. Un clamor de indignadas voces exigía la expulsión de este sátiro que ha venido a corromper a la juventud, y el mariscal Sucre, presidente del país que ahora llamamos Bolivia, le exigió la renuncia.

A partir de entonces, anduvo a lomo de mula, peregrinando por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, fundando escuelas y formulando preguntas insoportables a los nuevos dueños del poder:

–Ustedes, que imitan todo lo que viene de Europa y de los Estados Unidos, ¿por qué no les imitan la originalidad, que es lo más importante?

Este viejo vagabundo, calvo, feo y barrigón, el más audaz y el más querible de los pensadores de América, estaba cada día más solo, y solo murió.

A los ochenta años, escribió:

–Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.

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Simón Rodríguez fue un perdedor. Según la escala de valores de este mundo, que sacraliza el éxito y no perdona el fracaso, los hombres como él no merecen memoria.

Pero, ¿acaso no está vivo don Simón en la energía de dignidad que hoy recorre nuestra América de norte a sur? ¿Cuántos hablan por su boca, aunque no lo sepan, como hablaba en prosa aquel personaje de Molière que no sabía que hablaba en prosa?

¿Acaso don Simón no nos sigue enseñando, un siglo y medio después de su muerte, que la independencia es otro nombre de la dignidad? Es verdad que todavía pesa, y mucho, la herencia colonial, que aplaude la copia y maldice la creación y admira, como denunciaba don Simón, las virtudes del mono y del papagayo. Pero también es verdad que son cada vez más los jóvenes que sienten que el miedo es una cárcel humillante y aburrida, y libremente se atreven a pensar con sus propias cabezas, sentir con sus propios corazones y caminar con sus propias piernas.

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Yo no creo en Dios, pero sí creo en el humano milagro de la resurrección. Porque quizás se equivocaban aquellos dolientes que se negaban a creer en la muerte de Emiliano Zapata, y creían que se había marchado a Arabia en un caballo blanco, pero sólo se equivocaban en el mapa. Porque a la vista está que Zapata sigue vivo, aunque no tan lejos, no en las arenas de Oriente: él anda cabalgando por aquí, aquí cerquita nomás, queriendo justicia y haciéndola.

Y fíjense ustedes lo que ha ocurrido con otro perdedor, José Artigas, el hombre que hizo la primera reforma agraria de América, antes que Lincoln y antes que Zapata.

Hace casi dos siglos, él fue vencido y condenado a la soledad y al exilio. En años recientes, la dictadura militar del Uruguay le erigió un ampuloso mausoleo, queriendo encerrarlo en cárcel de mármol. Pero cuando la dictadura intentó decorar el monumento con algunas de sus frases, no encontró ninguna que no fuera subversiva. Ahora el mausoleo tiene fechas y nombres de batallas, y ninguna frase. Involuntario homenaje, involuntaria confesión: Artigas no es mudo, Artigas sigue siendo peligroso.

Cosa curiosa: con tantos vivos que hablan sin decir, en nuestras tierras hay muertos que dicen callando.

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Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos cometieron la insolencia de amar a su tierra, y por ella se jugaron la vida. Pero está visto que el patriotismo es el honorable privilegio de los países dominantes: sólo los que mandan tienen el derecho de ser patriotas. En cambio, los países dominados, condenados a obediencia perpetua, no pueden ejercer el patriotismo, so pena de ser llamados populistas, demagogos, delirantes: nuestro patriotismo se considera una peste, peste peligrosa, y los amos del mundo, que nos toman examen de Democracia, tienen la mala costumbre de conjurar esta amenaza a sangre y fuego.

Bienaventurados sean los perdedores, porque ellos se negaron a repetir la historia y quisieron cambiarla.

Bienaventurados sean los perdedores, y malditos sean quienes confunden el mundo con una pista de carreras y lanzados a las cumbres del éxito trepan lamiendo hacia arriba y escupiendo hacia abajo.

Bienaventurados sean los indignados, y malditos sean los indignos.

Maldita sea la exitosa dictadura del miedo, que nos obliga a creer que la realidad es intocable y que la solidaridad es una enfermedad mortal, porque el prójimo es siempre una amenaza y nunca una promesa.

Bienaventurado sea el abrazo, y maldito sea el codazo.

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Sí, pero… Cuántos perdedores, ¿no?

Cuando algún periodista me pregunta si soy optimista, yo contesto, sinceramente:

–A veces. Depende de la hora.

Siempre me parecieron más bien inhumanos los optimistas full time.

Creo que el desaliento es un derecho humano, y de algún modo es también la prueba de que somos humanos, porque no sufriríamos el desaliento si no tuviéramos aliento.

Hay que reconocer que no es muy alentadora la realidad, que tiene la jodida costumbre de recompensar a los exprimidores del prójimo y a los exterminadores de la tierra, el agua y el aire. Y en cambio, las más apasionantes aventuras de transformación de la realidad suelen quedarse a mitad de camino, o se extravían y se pierden, y muchas veces terminan mal.

Hay que reconocerlo, digo, pero también cabe preguntar: Cuando esas lindas experiencias colectivas terminan mal, ¿de veras terminan? ¿No hay nada que hacer, sólo nos queda resignarnos y aceptar el mundo tal cual es, como si fuera destino? Hace pocos años, se puso de moda la teoría del fin de la historia. Más de uno se tragó ese sapo, a pesar de que el sentido común nos demuestra, con poderosa sencillez, que la historia nace de nuevo cada mañana.

Lo mejor de este asunto de vivir está en la capacidad de sorpresa que la vida tiene. ¿Quién podía presentir que los países árabes iban a vivir este huracán de libertad que están ahora viviendo? ¿Quién iba a creer que la plaza de Tahrir iba a dar al mundo esta lección de democracia? ¿Quién iba a creer lo que ahora puede creer ese muchachito plantado en la plaza durante días y noches, cuando dice: Nadie nos va a mentir nunca más?

Al fin y al cabo, cuando la historia dice adiós, o eso parece decir, ella nos está diciendo, o al menos murmurando: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.

Y yo me despido de ustedes, ahora, que ya es hora, como la historia me enseñó, diciéndoles gracias, diciéndoles: hasta luego, hasta lueguito, nos estamos viendo.


Eduardo Galeano

* Palabras pronunciadas el 22 de febrero de 2011, en la ceremonia de entrega de la Medalla 1808, que el jefe de Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, otorgó al escritor Eduardo Galeano

martes, 22 de febrero de 2011

Historia como acto político [Howard Zinn]


Quisiera ver un mundo en el que las poderosas corporaciones no dominaran la economía... en el que las empresas económicas estuvieran en manos de los trabajadores... en el que los derechos de los trabajadores y de los consumidores tuvieran representación en los organismos que toman decisiones. Sería un mundo con una democracia de base como la que existió en la Comuna de París de 1871... de continua participación... de mítines populares por todos lados, en el que la participación popular no se limite a comicios cada dos o cuatro años en los que se escoge entre dos miserables posibilidades... una participación de base y de toma de decisión a todo nivel.

No sería fácil poner eso en práctica en una sociedad compleja y grande. Pero estoy convencido de que es posible tener infinitamente más democracia política que hoy. El objetivo sería equilibrar las condiciones de vida de los pueblos del mundo; utilizar la enorme riqueza que existe para alimentarlos, para cuidar a los niños. Todo mundo debe tener ciertas garantías fundamentales: techo, suficiente comida, atención a los niños, servicios de salud sin tener que preocuparse del costo, de formularios o firmas.

También tenemos que tumbar las barreras nacionales; un mundo sin pasaportes ni visas, para que la gente pueda desplazarse libremente como se desplazan las corporaciones. Naturalmente es una visión difícil de contemplar, pero si uno no tiene una visión así no podrá evaluar lo que pasa día a día.

Por ejemplo, si uno no tiene una visión de un mundo sin fronteras, no puede evaluar cosas específicas, como por ejemplo: ¿debe el Congreso instituir esta o aquella ley de inmigración? ¿Debemos limitar la inmigración a este o a aquel nivel? Si uno tiene una visión de la clase de mundo que quiere, se aclara la posición que debe de tomar hacia la inmigración: que el concepto mismo de extranjero, foráneo o inmigrante no debe existir.

Si creamos condiciones de equilibrio de recursos, si cada quien puede vivir en ciertas condiciones básicas, se minarían las bases del racismo, del sexismo y del crimen. No es difícil ver por qué hay tanto crimen violento en Estados Unidos con los extremos de riqueza y pobreza que hay. En los países de mucho menos crimen la riqueza está mejor distribuida.

Así que es importante tener una visión de un mundo diferente que nos oriente de un día al otro.
 
Howard Zinn

Entrevista en Obrero Revolucionario #987, 20 de diciembre, 1998

miércoles, 16 de febrero de 2011

Desahogo virtual


Benedetti cayó en el momento perfecto a mis manos. Apenas ayer, lo hojeaba mientras la noche consumía mi último esfuerzo por acordarme de ella. Desde hace tiempo debí desistir.  Pero no quise perder y menos caer. 

Las estrategias cada vez tenían menos sentido y casi siempre eran inciertas. Es mi culpa lo sé, pero ahora vale poco el juicio y el escarnio. Mientras tanto, vientos del exilio me acompañara en estas noches de desconsuelo, los Fabulosos Cadillacs amenizaran mis días y entenderán las diversas situaciones en las que meto la pata.

 Me dejé llevar por el corazón. No me arrepiento de hacerlo pero él antes de que todo suceda, muy temeroso huye despavorido cuando nada sale bien y se agotan las estrategias que el cerebro angustiado tiene que armar, aunque al final, tampoco nada puede hacer.

martes, 15 de febrero de 2011

Viento del exilio [Mario Benedetti]



Un viento misionero sacude las persianas

no sé qué jueves trae

no sé qué noche lleva

ni siquiera el dialecto que propone




creo reconocer endechas rotas

trocitos de hurras

y batir de palmas

pero todo se mezcla en un aullido

que también puede ser deleite o salmo



el viento bate franjas de aluminio

llega de no sé dónde a no sé dónde

y en ese rumbo enigma soy apenas

una escala precaria y momentánea



no abro hospitalidad

no ofrezco resistencia

simplemente lo escucho

arrinconado

mientras en el recinto vuelan nombres

papeles y cenizas



después se posarán en su baldosa

en su alegre centímetro

en su lástima

ahora vuelan cómo barriletes

como murciélagos como hojas



lo curioso lo absurdo es que a pesar

de que aguardo mensajes y pregones

de todas las memorias y de todos

los puntos cardinales



lo raro lo increíble es que a pesar

de mi desamparada expectativa


no sé qué dice el viento del exilio.

Mario Benedetti

jueves, 10 de febrero de 2011

Ella es imperialista


He decidido rendirme. En otros planos podré no claudicar pero con ella hasta la estrategía más confeccionada pierde todo sentido. Ella es una mujer imperialista. Poco a poco por medio de sus atributos se ha adueñado de mí.

Ha colonizado cada uno de mis pensamientos y aunque muchas veces he intentado liberarme, es un amor tirano. No hay estrategia perfecta que pueda con ella, sus miradas dejan fuera de la batalla a cualquiera.

Esa mujer es imperialista porque ha colonizado mi corazón y ahora lo administra como quiere, con el yugo de opresor. Ojalá sea complaciente conmigo y no me torture más. 

miércoles, 9 de febrero de 2011

Video: Carmen Aristegui posicionamiento a su salida de MVS Radio desde Casa Lamm



 Rueda de prensa convocada por la periodista Carmen Aristegui para dar su posicionamiento sobre su salida de la radiodifusora MVS Radio, desde Casa Lamm.
Tomado de: RadioAMLO

Audio de la rueda de prensa convocada por Aristegui

Aristegui 


Tomado de: La Nueva República

Póxima estación... [Eco]


Póxima estación..., originalmente cargada por E_co*.

Esperanza

Resistencia


A veces hace falta un poco de rebeldía. Hace falta comenzar a organizarnos y relacionarnos con las personas que decidieron salir a levantar la voz antes que nosotros y nunca más van a claudicar. Aunque desde el bando contrario se empeñen en matarnos la esperanza y nuestra utopía se mire en el horizonte, no podemos dudar y debemos luchar.
 
Espero la utopía no se olvide de mí, ni yo de ella. Espero nunca renunciar a mis ideas y buscar los sueños anhelados.

martes, 8 de febrero de 2011

Colón y las tribus indígenas [Howard Zinn]


Colón y sus sucesores no aterrizaban en un desierto baldío, sino que lo hacían en un mundo que en algunas  zonas estaba tan densamente poblado como la misma Europa; donde la cultura era compleja; donde eran más igualitarias las relaciones humanas que en Europa, y donde las relaciones entre hombres, mujeres, niños y naturaleza quizás estaban más noblemente concebidas que en ningún punto del globo.

Eran gentes sin lenguaje escrito, pero tenían sus propias leyes, su poesía, su historia retenida en la memoria y transmitida de generación en generación, con un vocabulario oral más complejo que el europeo y acompañado con cantos, bailes y  ceremonias dramáticas. Prestaban mucha atención al desarrollo de la personalidad, la fuerza de la voluntad, la independencia y la flexibilidad, la pasión y la potencia, a sus relaciones interpersonales y con la naturaleza.

Howard Zinn
La otra historia de Estados Unidos

lunes, 7 de febrero de 2011

Aristegui y la censura del poder [César Huerta]

Presentación del libro Maciel de Carmen Aristegui

El despido de Carmen Aristegui una de las periodistas con más prestigio y audiencia representa un duro golpe a la libertad de prensa en nuestro país. Se hace visible una vez más la práctica de la censura por parte de los miembros de la élite dominante, quienes están dispuestos a no permitir la libre expresión cuando las ideas son contrarias a su forma de pensar. 

Acceder a los medios de comunicación en México no es cosa sencilla, mucho menos para los periodistas que disienten con el poder. En lo que va del sexenio de Felipe Calderón se han ido cerrando los pocos espacios informativos que gozaban de prestigio y credibilidad en los medios electrónicos. Periodistas como Gutiérrez Vivo y medios como Proceso han sido amedrentados mediante el boicot publicitario o han sido perseguidos y amenazados de muerte, tal es el caso de la periodista Anabel Hernández quien junto a otros corresponsales y periodistas padecen la violencia en todas sus expresiones.

Muchas empresas periodísticas se han olvidado de la deontología en el periodismo para abocar todas sus energías en noticieros que cuentan de manera diferente la realidad, se destacan notas irrelevantes o se hace de las noticias un espectáculo, casi siempre destinadas al morbo social. Han quedado atrás los pilares del buen periodismo y el cuidado del contenido ético a la hora de informar. La televisión y la radio en su mayoría se encuentran cooptadas por unos cuantos empresarios que cuentan con el capital suficiente para entrar en la industria del entretenimiento y el periodismo representa parte de ello.

Carmen Aristegui durante toda su trayectoria ha optado por no acallar las voces que otros han decidido ignorar. Ha hecho del periodismo comprometido e independiente su bandera y ha puesto su ética y calidad profesional al servicio de los demás. Aristegui simboliza un respiro, es una de las pocas periodistas que han podido expresar otra realidad, de ahí el motivo de su despido y el intento de silenciarla, pues no se encuentra bajo propiedad de los dueños del país.

La empresa MVS por medio de su director Alejandro Vargas @avargasmvs antepuso el interés comercial a la libertad de prensa. La radio en la actualidad sigue siendo uno de los medios masivos de comunicación. Ese es el juego, no permitir que el periodismo de Aristegui se difunda masivamente. A los periodistas cercanos al poder les cuesta cada vez mayor trabajo escuchar con claridad las demandas de la sociedad. Carmen Aristegui rechazó la opción de leer públicamente la disculpa redactada desde la presidencia, justificada como una violación a su ética profesional.

Como bien dice el periodista y escritor Eduardo Galeano "En la ópera china clásica, el Emperador decapita al mensajero que trae malas noticias". ¿Cuánto falta para que a los mexicanos nos obliguen también a callar, reír, silbar o cantar? Ella ha dicho lo que tiene que decir. Nosotros la hemos escuchado con atención. La censura contra ella es también contra nosotros.

César Huerta
Extensión Medios

Diccionario neoliberal ilustrado [El Fisgón]


domingo, 6 de febrero de 2011

Celebración de la subjetividad [Eduardo Galeano]


Yo ya llevaba un buen rato escribiendo Memoria del fuego, y cuanto más escribía más adentro me metía en las historias que contaba. Ya me estaba costando distinguir el pasado del presente: lo que había sido estaba siendo, y estaba siendo a mi alrededor, y escribir era mi manera de golpear y de abrazar. Sin embargo, se supone que los libros de historia no son subjetivos.

Se lo comenté a don José Coronel Urtecho: en este libro que estoy escribiendo, al revés y al derecho, a luz y a trasluz, se mire como se mire, se me notan a simple vista mis broncas y mis amores.

Y a orillas del río San Juan, el viejo poeta me dijo que a los fanáticos de la objetividad no hay que hacerles ni puto caso:

—No te preocupés —me dijo—. Así debe ser. Los que hacen de la objetividad una religión, mienten. Ellos no quieren ser objetivos, mentira: quieren ser objetos, para salvarse del dolor humano.

Eduardo Galeano

Audiolibro Recomendado del Mes

Compartimos el Libro: "De la dictadura a la Democracia" del autor Gene Sharp, en su formato audiolibro para nuestros estimados lectores. Un título imprescindible sobre los diferentes métodos que el autor propone para disolver dictaduras por medio de revoluciones pacíficas y acciones no-violentas. (son díez capítulos que se estarán subiendo hasta completar la carpeta):